Proyecto de Vida
América / Brasil
SUEÑO DE SER PADRE
Hendrix participó en el Proyecto de Vida pidiéndole a Dios un hijo y, hoy, está realizado con el pequeño Arthur
Casi todas las mujeres sueñan con ser mamá. Sin embargo, no es tan común que un hombre haga de la paternidad el objetivo principal de sus oraciones. El empresario Hendrix Ferreira Lima, de 31 años, presentó esta petición al Señor en el Proyecto de Vida 2017. Y Dios le respondió. Arthur Levy, de solo dos años, es un niño “muy activo, inteligente, cariñoso y sonriente”, como describe el orgulloso padre.
El Proyecto de Vida es un propósito que se realiza al final de cada año, en los templos de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios. Se invita al participante e invitado a presentar sus peticiones al Señor para el año que está por comenzar. Tal participación fortaleció la fe de Hendrix. “No podría tener hijos. Los médicos dijeron que sería necesario hacer un tratamiento específico”. Miembro de la IIGD desde 2012, ya había experimentado el poder divino en su camino. “Llegué aquí emocionalmente sacudido, con un comienzo de depresión”.
Sin embargo, Dios reescribió esta historia. “Me cambió del agua para el vino”, compara, citando el famoso pasaje del primer milagro de la vida pública de Jesús (Juan 2:1-11). Hendrix se casó con Cintia y las cosas iban bien. Sin embargo, faltaba algo importante. “Mi vida estaba incompleta sin un hijo. Entiendo cómo se sentía Ana, dice el empresario, refiriéndose a la mujer estéril que se convertiría en la mamá del profeta Samuel, después de un intenso período de súplicas a Dios (1 Sam 1:5-20). “No acepté los resultados de los análisis y decidí buscar mi bendición del Señor”.
Hendrix empezó a participar en el Proyecto Vida cuando se convirtió en miembro de la Iglesia de la Gracia. En 2016, incluyó la paternidad entre sus peticiones. En ese momento, ya era un colaborador de la IIGD. Cuando Cintia quedó embarazada, fue una fiesta: “Todos estaban sorprendidos por la noticia. El nacimiento de Arthur fue un momento único de alegría y emoción”. Realizado, Hendrix hace planes junto al heredero. A la edad de tres años, el niño se inscribirá en la Educación Infantil. El padre y el hijo siempre están juntos: “Ya le gusta tocar la batería, un instrumento que toco para alabar al Señor”, revela Hendrix, lleno de admiración.