El tabaquismo fue una carga en la vida de Beatriz Mendiola durante décadas. “Siempre quise parar, pero no podía”, admite. Desde que comenzó a ver los programas del Dr. Soares, anhelaba ser liberada. Ese día llegó cuando el Dr. Soares, guiado por el Señor, advirtió que reprendería el espíritu de adicción en un espectador. “Fui yo”, celebra Beatriz. A partir de entonces, las ganas de fumar desaparecieron. «¡Me realicé!». Desde entonces, no solo ve asiduamente a la programación de la Iglesia de la Gracia, sino también anima a amigos y familiares a participar en los propósitos de oración. “Estamos conectados con el Señor. ¡Las páginas web del Dr. Soares son una bendición! ”.
ARGENTINA
Alma ligera
Desde Buenos Aires, Argentina, Alejandra Barrientos relata que, antes de conocer a Jesús, estaba deprimida. “Sentía angustia y miedo, aunque no sabía la razón”, dice. Con su fe fortalecida por los programas de la Iglesia de la Gracia, como el Show de la Fe y el ¡Hola, Amigo!, decidió pedir ayuda espiritual. “Después de la oración que recibí, estoy renovada. Es como si me hubieran quitado un peso enorme”, compara.
EGIPTO
“Jesús hace maravillas”
“Quiero contar un milagro”. Así es como el egipcio Sami anuncia la bendición que presenció. “Un par de conocidos tenían problemas de relación y estaban a punto de separarse”, recuerda. Según Sami, él y muchos amigos en común trataron de ayudarlos. Telespectador asiduo de los programas difundidos por la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios en las redes sociales, en árabe, Sami pidió oración por esta causa. “El Dr. Soares oró, y Dios actuó, deshaciendo el mal”. En unos días, esposo y esposa volvieron a estar juntos. “¡El Señor Jesús hace maravillas!”, concluye Sami.
SUDÁFRICA
Con gracia en las manos
A los 42 años, la sudafricana Gisele aún soñaba con tener un hijo. Sin embargo, ella creía que una obra de brujería la había dejado estéril. Casada, llegó a embarazarse algunas veces, pero no logró éxito. “Fui al médico y me dijo que todo estaba normal con nosotros”, recuerda. Gisele oró a Dios a este respecto y sintió el deseo de contribuir económicamente con el trabajo de evangelización de la Iglesia de la Gracia. Al mes siguiente, volvió a quedar embarazada y tuvo una niña, a la que llamó Graça Divina –Gracia Divina–. “Es un milagro”, dice la mamá, con la pequeña en brazos.