La Iglesia de la Gracia llega a Rumanía
Oración del Patrocinador – 29
EL DIOS QUE ABRE PUERTAS
Liberado del alcoholismo, hoy José Carlos trabaja en la casa del Señor
Hace nueve años, el trabajador de mantenimiento José Carlos Santana le hizo a un pastor la misma pregunta dirigida a Pedro y Silas en la cárcel: “¿Qué debo hacer para ser salvo?” (Hechos 16: 25-31). Fue la primera vez que José asistió a un encuentro evangélico, en la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios. Llegó cansado después de una historia atribulada. “Empecé a beber cuando tenía 18 años. Hubo un tiempo en que bebía por la mañana, por la tarde y por la noche”, recuerda. Además, gastaba gran parte de sus ingresos en juegos de azar. “No conocía a Dios, así que hacía cosas malas”. Recibido y asesorado por pastores y colaboradores, José Carlos se transformó. Hoy, a los 60 años, no sale de la casa del Señor. “He estado trabajando en la limpieza del templo durante cinco años. La puerta que Cristo abre nadie la cierra. Dios restauró mi dignidad. La vida tiene luchas, pero el Señor nos concede la victoria”.