La Iglesia de la Gracia llega a Rumanía
Oración del Patrocinador – 29
MISIONES EN LA ESQUINA
IIGD brinda atención multidisciplinaria en la ciudad de Natal (RN)
Carlos Fernandes
La idea de Evangelio Integral surgió en la década de 1970, de la Conferencia Internacional de Evangelismo, celebrada en Lausana, Suiza. Esta práctica enfatiza servir a los seres humanos en la plenitud de sus necesidades: vulnerabilidades sociales y necesidades emocionales, físicas y espirituales. Desde entonces, las iglesias evangélicas se esfuerzan para que la predicación de la Palabra vaya acompañada de otras acciones que promuevan el bienestar, la dignidad y la seguridad de quienes reciben la Buena Nueva del Reino. Vale la pena recordar que el mismo Cristo, el Pan de Vida, tuvo compasión de las multitudes, no solo al sanarlas y salvarlas, satisfaciendo su hambre espiritual, sino también al proporcionarles el alimento material tan necesario para la salud del cuerpo (Mateo 15:32).
Con esta convicción, la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios (IIGD) en Natal, Rio Grande do Norte, ha cumplido el Id de Jesús de manera multidisciplinar. Hacer misiones no es simplemente dejar su propia tierra para sembrar la Palabra en tierras lejanas. Son muchas las actividades en el contexto urbano, donde se inserta la comunidad cristiana, incluso en la esquina junto al templo. Además de predicar la Verdad que libera, pastores, trabajadores y miembros de la IIGD salen al campo con la Biblia en la mano y un equipo formado por médicos, psicólogos, abogados, masajistas y peluqueros voluntarios. Eso fue lo que sucedió en junio de este año, cuando el equipo de la Iglesia de la Gracia atendió a cientos de personas en un barrio de la capital del estado. “Lo que está pasando es hermoso”, define la coordinadora de Acción Social en la sede, Bruna Cavalcante.
El evento contó con varios servicios y contó con la participación del ministerio infantil Turminha da Graça, animando a los niños. Después de las actividades, se realizó un gran servicio al aire libre, con la participación de más de 500 personas. La oportunidad también sirvió para rescatar esta modalidad evangelística tan popular en el pasado, pero que, últimamente, ha sufrido varias restricciones por barreras legales y por intolerancia religiosa. Sin embargo, la IIGD está en la calle y actúa de forma equilibrada y organizada. “Recogemos alimentos, ropa y medicamentos en sociedad con mercados, establecimientos comerciales, farmacias y empresas”, explica Bruna. “Todo sin costo para la Iglesia. Estamos desarrollando una forma de ayudar a estas familias a encontrar un trabajo”.
Nada de esto sería posible sin la participación y motivación del pueblo de Dios. “La contribución de los patrocinadores es fundamental. Muchos no pueden ir, pero nos ayudan a recolectar alimentos y donaciones”, destaca Bruna, casada con el líder de la IIGD en Rio Grande do Norte, Pastor Elder Cavalcante. Otra prioridad es la recepción de personas que comienzan a asistir a la Iglesia como resultado del trabajo realizado por la ciudad. “Muchos llegan y comienzan a establecerse en la fe. Tenemos el ejemplo de un joven que estaba encarcelado y entregó su vida a Cristo mediante una acción social en la cárcel. Hoy, él nos ayuda y es una bendición en las manos del Señor”.
Bruna Cavalcante reconoce que las condiciones de los más necesitados se han agravado con las consecuencias económicas de la pandemia. “Después de la crisis del covid-19, las familias se quedaron sin trabajo, sin ingresos y sin su pan de cada día. Es una triste realidad”, lamenta. Por tanto, el trabajo no puede limitarse a eventos especiales. “Todos los martes, llevamos sopa a las plazas, donde se realizan servicios con los sin techo”, dice Bruna. “Cada semana, se llega a más de cien personas”. Es la Iglesia la que no puede detenerse, ya que queda mucho por hacer hasta que el Señor regrese.