La Iglesia de la Gracia llega a Rumanía
Oración del Patrocinador – 29
ALEMANIA
Herramienta de fe
Lejos de sus orígenes, la siria Mary vive en Alemania. Allí mismo, en el corazón de Europa, Dios la ha bendecido: “Sigo la página del Dr. Soares, en árabe, en Facebook. En esta herramienta he recibido asistencia y he aprendido sobre el Evangelio de Cristo”. Mary sabe que, como ella, todavía hay muchas personas que necesitan escuchar la Buena Nueva de salvación. Este hecho la entusiasma con la programación virtual de la Iglesia de la Gracia: “Oro para que nuestro Padre celestial sustente este hermoso trabajo”, revela.
ESPAÑA
Corazón regenerado
La Palabra de Dios nos asegura que la súplica de los justos puede hacer mucho en sus efectos. Esta esperanza llevó a la española Alina a pedir al equipo del Show de la Fe oración por su cuñado Pablo. “Sufrió un infarto dos días antes”, explica. Fue hospitalizado en estado grave, con solo el 10% de su capacidad cardíaca: “Los médicos dijeron que no tenía más posibilidades de vivir”. Aun así, Pablo fue sometido a procedimientos protocolarios, incluida la intubación, ya que no podía respirar. Sin embargo, el Señor tenía otros planes. Al día siguiente, el hospital llamó a la familia y les dijo que Pablo se había despertado del coma y no necesitaba apoyo respiratorio. “Les agradezco de todo corazón por haber orado por mi cuñado”, dice.
GRECIA
Un lenguaje sublime
El amor del Señor por Sus hijos se revela en las cosas grandes y pequeñas. Y el testimonio de la ucraniana Olga Milidis lo demuestra. Recientemente se mudó a Grecia y la barrera del idioma le ha causado dificultades. Así que cuando surgió la necesidad de consultar a un médico, se preocupó. “Necesitaría un intérprete, pero era imposible, porque soy nueva aquí y no conozco a casi nadie”, detalla. De este modo, Olga decidió recurrir a la fe. “Entré al sitio web del Dr. Soares y les pedí que oraran por tal problema”. Después de la oración, una persona se ofreció a acompañar a Olga al consultorio. Feliz con el cuidado divino, agradece al Señor: “Puede parecer sencillo, pero para mí era importante”, confiesa.