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RÍO DE BENDICIONES
Las comunidades ribereñas son bendecidas por el evangelismo de la IIGD en Amazonas y Pará
Viviane Castanheira
Los pueblos ribereños están formados por miles de familias que viven a orillas de ríos y arroyos [camino recorrido por un pequeño río o canal] en varios estados brasileños. El decreto nº. 6040, de 7 de febrero de 2007, instituye una política nacional orientada a las necesidades de estas comunidades, reconociendo la existencia de estas poblaciones tradicionales. A pesar de la ley, estos grupos humanos sufren la pobreza extrema y la inercia de las autoridades públicas. Durante la temporada de inundaciones, para que sus casas no sean invadidas por el agua, a menudo necesitan levantar los pisos de las casas sobre pilotes con tablas o mudarse temporalmente.
En este escenario, la Iglesia de la Gracia, inició un proyecto de acción social con el objetivo de ayudar a los residentes de estas localidades. Según Valdenir Azevedo Barros Filho, pastor asistente en la IIGD en la capital de Pará y creador de la obra, el proyecto es acogido por los ministerios de la Iglesia. “Entregamos juguetes, ropas y alimentos donados por los miembros. También llevamos kits de evangelización y máscaras. Es gratificante. Celebramos cultos y acciones sociales. Compartimos la Palabra de Dios, cantamos alabanzas, bendecimos a las personas”, dice el líder, feliz de apoyar a los necesitados. “Durante la pandemia, entregamos más de cuatro toneladas de alimentos; desarrollamos un trabajo hermoso. Siguiendo los protocolos de salud, fuimos, con valentía y fe, a llevar las canastas de alimentos. Dios siempre nos ha guardado y protegido, permitiéndonos ayudar”.
El pastor Valdenir tuvo que dejar la dirección del proyecto debido a sus obligaciones como pastor, pero lo dejó bajo los cuidados del colaborador Carlos Ronis dos Santos Vidal. Además de las acciones con los ribereños, Carlos encabeza la IIGD Social, un ministerio que promueve iniciativas sociales en todo el estado de Pará. “Comencé el proyecto e invité a Ronis a que me acompañara, y, al inicio de la pandemia, buscamos el apoyo de los ministerios en la sede. Yo era el líder y entregaba las canastas. Sin embargo, como tenemos muchas funciones, no pude seguir adelante oficialmente. Ronis está involucrado en la recolección de donaciones que se distribuyen no solo a los habitantes de las riberas, sino también a todas las comunidades visitadas en el estado”, explica el pastor. “Empecé con un corazón dispuesto. Nuestro objetivo es hacer el bien sin mirar a quién. Hasta hoy, el trabajo no se ha detenido. Es urgente desarrollar la empatía. No es fácil ver a un padre llorar porque no puede alimentar a su familia. ¡Nuestra meta es llegar a los menos favorecidos!”, enfatiza Ronis, quien mantiene una página en Facebook con las acciones del Ministerio IIGD Social.
En la Amazonía, por aspectos geográficos, es donde se ubica la mayoría de estas poblaciones. Hay más de seis mil comunidades y pueblos ribereños en la Amazonía. La sede de la IIGD en Manaus, en la capital, también mantiene una labor evangelizadora con las comunidades más cercanas a la ciudad. Según el Pr. Kennedy Diniz Félix, creador del proyecto, la iniciativa comenzó hace tres meses, pero cada semana, un grupo de colaboradores visita las comunidades ribereñas cercanas al templo de la iglesia y, además de llevar material para niños y predicar la Palabra, invita a los adultos para adorar. “Hacemos un evangelismo único: llamamos a los vecinos a tomar sopa, participar en sorteos, comer loncheras. Acudimos a ellos y tratamos de llevarlos a la Iglesia. Esta acción ha dado un gran resultado. La mayoría pasa hambre. También hacemos evangelismo dirigido a los niños, llevando bocadillos y material bíblico para su edad”, dice el pastor, que se ocupa de la parte espiritual, atendiendo a las personas ribereñas que van al templo después de la acción comunitaria.
El pastor Roberto Medeiros acompaña a los voluntarios a la comunidad ubicada a orillas de los arroyos. “Las personas vienen a la reunión y se siente bien. Todos los lunes, vamos de casa en casa, anunciando la Palabra de Dios”, garantiza el pastor. Y la gente de la ribera agradece a los colaboradores de la IIGD. Cleia, de 31 años, residente de la zona y mamá de dos niñas, elogia el proyecto: “Ustedes ayudan a los niños y nos traen la Palabra. Es un trabajo maravilloso”. La empleada doméstica Deusiene, de 35 años, mamá de cuatro hijos, también dice estar bendecida: “Ustedes traen la Palabra y merienda para los niños y también nos invitan a ir a la iglesia”, comenta.
Para el pastor Roberto, ver a estas personas recibiendo el amor de Dios es una gran recompensa. Dice que, cuando los ríos se desbordan, los habitantes de las marismas reciben ayuda del gobierno para salir del lugar y alquilar otra casa. “Cuando se seca, dejan de recibir ayuda. El arroyo São Jorge es uno de los brazos del Río Negro. Evangelizamos a los vecinos que viven a orillas de este arroyo, en la cabecera. Residen sobre pilotes. Las casas están arriba, pero cuando se inunda, no hay solución; todo queda hundido y hay que marcharse”. Los residentes ribereños de estas comunidades aún lidian con el tráfico de drogas en la región. El pastor Sadam do Bem, líder de la IIGD en Amazonas, tiene la intención de expandir el proyecto a otros días de la semana.
Llevar el amor de Dios y la salvación en Jesús a los habitantes de las riberas es una misión en expansión en las iglesias de la Gracia en Pará y Amazonas. Ore por este evangelismo y contribuya para la realización de tal.