El Misionero de la Solidaridad
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EGIPTO
Familia reunida
Tal como hacen millones de trabajadores, el egipcio Ramy Willian tuvo que dejar a su familia en busca de otro trabajo. “Para mejorar nuestras condiciones de vida, me fui a Kuwait, donde estuve durante 15 años”, explica. Debido a los horarios de trabajo y las dificultades financieras, solo pudo pasar dos meses con su esposa e hija. La situación se estaba volviendo insostenible. “Mi pequeña lloraba y me pedía que volviera porque, según ella, estar juntos era más importante que el dinero”. Ramy sabía que esta situación no glorificaba a Dios, pero estaba atrapado en ella. “No creía que pudiera encontrar un buen trabajo en Egipto”. Así oró con el equipo de la Iglesia de la Gracia, en la página en árabe. “Con esta ayuda fue posible regresar. Ahora estamos felices”, testifica Ramy. “Que el Señor continúe usando el equipo de la IIGD para ayudar a las familias”.