Sanidad familiar
¡Voto consciente!
“SOLO JESÚS PUDO CAMBIAR TAL CIRCUNSTANCIA”
Eliana y su esposo, Isaías, querían ser padres de una niña, y el Señor cumplió el sueño de la pareja.
Viviane Castanheira
El impactante mensaje del Evangelio llegó a la casa de la cocinera, Eliana Ferreira Vilaça, de 45 años, y del encargado del patio de madera, Isaías Gino da Silva, de 43, a través del Show da Fe. Así, querían conocer al Dios anunciado por el Dr. Soares. En la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios, se entregaron a Jesús, oficializaron la unión del matrimonio, se bautizaron y comenzaron a trabajar como colaboradores en la IIGD en Aero Rancho, en Campo Grande (MS), donde se congregan desde hace 16 años.
Con una vida espiritual estructurada, los dos deseaban hacer crecer la familia. Eliana era madre de un niño cuando se casó con Isaías, pero quería hacer realidad el sueño de su esposo. “Tenía el deseo de ser padre de una niña, así que pusimos ese propósito en el altar del Señor”, dice Isaías. Tres años más tarde, la esposa quedó embarazada, pero perdió al bebé en el cuarto mes de embarazo. La noticia fue descorazonadora. Sin embargo, en ningún momento los cónyuges perdieron la fe.
Eliana se sometió a tratamientos médicos con el fin de prepararse para el nuevo embarazo, que solo sucedió tres años después. La noticia hizo feliz a la pareja, especialmente cuando el esposo y la esposa se enteraron de que esperaban una niña. Sin embargo, a los cuatro meses de embarazo, Eliana sintió dolor y fue llevada al hospital. “Me diagnosticaron un fibroma progresivo. El médico dijo que necesitaba una cirugía y que el feto no sobreviviría. Además, perdería el útero y no volvería a ser madre”, dice la cocinera, quien, a pesar de los pesimistas pronósticos, determinó la sanidad. “Sabía que solo Jesús podía cambiar esa circunstancia”. Y así es como sucedió. Luego de analizar mejor el estado de Eliana, el especialista decidió esperar un mes para realizar la operación.
Ante el aplazamiento, la pareja entendió que habían ganado tiempo para orar por el ansiado milagro. “Al principio me quedé sin palabras, pero no dejé que eso afectara mi fe ni comprometiera la alegría por la llegada de mi hija. Así que confié en la acción de Dios. Mi esposa y la niña estaban en las manos del Señor, porque Él había puesto esa certeza en mi corazón”, asegura Isaías.
Un mes después, una nueva ecografía reveló que el fibroma había crecido, y esto entristeció a la embarazada. Sin embargo, el ginecólogo optó por esperar otros 30 días para realizar el procedimiento. Al mes siguiente, la sorpresa: el tumor benigno había desaparecido. “Me informaron que el fibroma ya no existía. Su útero estaba limpio y mi hija estaba bien”, dice Isaías.
Asombrados, esperaron a que llegara la pequeña. “Mi bebé nació perfecta, sana y en el momento adecuado”, celebra Eliana, dejando un mensaje para las mujeres que quieren cumplir su sueño de maternidad: “¡No se rindan! Dios tiene un plan en sus vidas y puede hacer lo imposible”, concluye, emocionada, la madre de Raquel, de 11 años, y Juan Vilaça, de 26 años.