Reconciliación con Cristo
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PERÚ
“Él me tocó”
Natural de Huánuco, la peruana Sozima, padeció por más de 20 años una enfermedad no diagnosticada, pero que le provocaba un intenso sufrimiento. “Me sentía muy débil y tenía dolores en el cuerpo”, recuerda. La enfermedad casi la llevó a la muerte, y ninguna medicación le daba alivio. Los movimientos de los brazos y de las piernas estaban empezando a verse comprometidos. Cierto día, Sozima sintonizó el canal de la Iglesia de la Gracia y actuó con fe: se arrodilló y, con cada oración, percibía su cuerpo más leve. “En una semana, me estaba sintiendo mejor. Si yo no hubiese encontrado ese programa, ya estaría muerta”, testificó. En poco tiempo, Sozima estaba recuperada, y hasta la relación con el esposo y los hijos mejoró: “¡Jesús me tocó!”.
México
Instrumento del Señor
Desde México, Claudia da su declaración sobre las bendiciones que alcanzó gracias al programa Show de la Fe, que exhibe la emisora Enlace. “Un día, estaba acompañando la reunión cuando el Dr. Soares dijo, en oración, que Dios quería sanar a alguien de un dolor arriba de la nuca”, recuerda, y añade que era justamente la región donde ella tenía dolor. “Con la autoridad que el Señor le dio, el Dr. Soares expulsó ese mal”. Claudia sintió como si una persona estuviese allí, en su casa, intercediendo por ella. “Al día siguiente, el malestar desapareció”, conmemora. La programación de la Iglesia de la Gracia la ha bendecido: “El Señor está trabajado en mis emociones, permitiendo que me vuelva Su instrumento para bendecir a otras personas.”
CHILE
Oraciones en línea
La chilena, Isa Medina, agradece al Dr. Soares y a todo el equipo de la Iglesia de la Gracia por la transmisión de contenidos de fe en las redes sociales. En una ocasión, pidió oración por su amigo Hugo. “Tenía una cirugía programada para que le retiraran los cálculos renales, pues sentía dolores intensos”, cuenta. Pero tiempo antes, ella ya había intercedido por el amigo a través de la página del Dr. Soares en Facebook. Cuando Hugo fue a hacerse los exámenes prequirúrgicos, la resonancia magnética registró que ya no tenía ninguna piedra en los riñones. “El Señor lo sanó”, se alegra Isa.