“¡Jesús sanó a mi padre!”
ADN Misionero
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EL CAMINO DE LA SALVACIÓN
El empleado de atención al público, Wallison Da Silva Santos, de 26 años, no imaginaba lo que el encuentro con Jesús sería capaz de proporcionarle. “Mi historia cambió completamente”, se emociona el joven recordando el pasado. El dolor de perder al hermano gemelo, a los 20 años, llevó a Wallison a incrementar el consumo de bebidas alcohólicas. “Empecé a beber demasiado”, cuenta. Dado a un diagnóstico de cardiomegalia –la enfermedad del corazón grande–, el muchacho toma fuertes medicamentos y sabía que la combinación de remedios y alcohol era peligrosa. Sin embargo, ello no parecía preocuparle, hasta que empezó a tener alucinaciones: “Pasé tres días trastornado, y una voz me decía que debía quitarme la vida”, relata. En un momento de lucidez, Wallison entró en la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios en Tibiri (en la región de Paraíba, Brasil) y todo cambió. “Acepté a Jesús, fui bautizado y no quiero otro camino. Desde que puse mis pies en la Iglesia, nunca más me alejé”.