“Me alegro de poder llamarlos hermanos”, dice la georgiana Ekaterina Ekusha, de Tblissi, capital de Georgia. Es desde allí que asiste a las reuniones de fe de la Iglesia de la Gracia a través de Facebook en ruso, su lengua materna. “Acepté a Cristo como mi Señor, y el instrumento para esa bendición fue la página del Dr. Soares”, cuenta. Eka, como prefiere ser llamada, empezó a acompañar las programaciones y conversar con el equipo responsable de la red social en busca de fortalecimiento espiritual. “Mi vida ha sido transformada”, garantiza. “Oro para que la Palabra llegue cada vez más lejos.”
RUMANIA
Vida nueva
La dependencia química de la rumana Isabela fue demasiado lejos. “Llegué a escaparme de casa para poder conseguir drogas”, recuerda. En todo ese proceso, la familia buscó ayudarla, y el socorro se dio en forma de oración. “Mi esposo intercedía por mí”. Ahora, a través del perfil de Facebook del Dr. Soares, cuenta que fue liberada. “Encontré el camino a Dios. Cuando miro hacia atrás, me avergüenzo de todo lo que hice.”