Prosperidad | Boletín Informativo la Certeza de La Victoria
Adão Miguel al lado de la esposa, Márcia Freitas, y de los hijos, Luan Kaique y Danielle Freitas – Foto: Archivo personal

COMPATILHE

BENDICIÓN MULTIPLICADA

El empresario Adão Miguel vio su vida financiera cambiar completamente cuando empezó a ser fiel en los diezmos y en las ofrendas


Viviane Castanheira


La historia del empresario Adão Miguel de Oliveira, de 46 años, es parecida a la de miles de brasileños que nacieron en el nordeste del país y que dejaron su región para mudarse al sudeste, en busca de mejores oportunidades. Natural de la ciudad de Belém, Adão decidió probar suerte en São Paulo. La elección vino a acompañada de muchas responsabilidades que el joven, de apenas 20 años, no estaba listo para manejar. “Conseguí un empleo en enero de 1997, pero el comienzo fue bastante difícil. Ganaba poco y solo me alcanzaba para pagar el alquiler y garantizar el almuerzo, dormía sin cenar.”

Aun en medio de tantas adversidades, Adão permaneció en la capital paulista, donde, un año después, conoció a Márcia Freitas, de 40 años, a quien se unió. “Pasamos muchas dificultades juntos”, relata. A pesar de no profesar la fe en Jesús, Adão siempre creyó que esa situación cambiaría. Y cambió. Como telespectador asiduo del Show de la Fe, Adão decidió conocer la sede de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios (IIGD) en São Paulo con la esposa. “Visitamos el templo en el año 2000 y, desde entonces, permanecemos firmes en la presencia del Señor”, afirma.

El empresario Adão Miguel en el interior de su tienda: “Estoy seguro de que el secreto de nuestro éxito es la fidelidad a Dios” – Foto: Archivo personal

Después de entregar su vida a Jesús y poner en práctica los mensajes oídos en la Iglesia, la pareja prosperó. “Empecé a entregar el diezmo y la ofrenda y, pasado poco tiempo, fui promovido en mi empleo. Dios nos honró con una casa, un coche, pero la mayor dádiva es la familia que construimos”, se emociona.

Feliz y con la vida financiera estabilizada, Adão sintió deseos de volver a vivir en su región natal. Entonces, estableció con la familia un plazo para juntar recursos con el objetivo de regresar. No obstante, al final del período acordado, temió perder lo que había conquistado. Pero, entonces, una oración lo alentó. “Fui al culto, y el Dr. Soares estaba enseñando sobre Abraham. Fue muy específico: ‘Hermano, si usted está indeciso sobre mudarse o intentar una nueva vida, hágalo, porque el Dios de aquí es el Dios de allá’. Guardé esas palabras en mi corazón y, al día siguiente, pedí que me desvincularan de la empresa y, poco tiempo después, me mudé con mi familia a mi tierra”.

Convencido de que Dios le abriría las puertas, la familia se instaló en Santa Rita, en la región metropolitana de João Pessoa. Allí Adão abrió una tienda de repuestos para motos. “Hoy, siete años después, somos referencia en la ciudad y además ofrecemos empleo a cinco personas”, celebra el padre de Luan, de 23 años, y Danielle, de 11. “Estoy seguro de que el secreto de nuestro éxito es la fidelidad a Dios. En más de 17 años sirviendo a Cristo, nunca nos faltó nada. Alabo al Señor por todo qué Él hizo por nosotros, y somos gratos a la IIGD por habernos enseñado el verdadero Evangelio”, concluye Adão, que congrega con la familia en la IIGD en Tibiri, Santa Rita.