Sintonizados con el Señor
Amor en acción
COMPARTA
BENDICIÓN COMPLETA
Sanado de cáncer de próstata en grado 5, Erno Behling glorifica a Dios por la bendición recibida
Viviane Castanheira
El albañil jubilado, Erno Behling, de 66 años, se sorprendió en 2017 luego de someterse a un análisis de rutina que reveló un cambio en el antígeno prostático específico (PSA), un indicador de que hay una enfermedad de la próstata. Los nuevos estudios mostraron un adenocarcinoma, un tumor maligno de grado 5, con el mayor potencial de agresividad. Según el Ministerio de Salud, esta es la segunda causa de muerte por cáncer de hombres en Brasil.
La noticia fue desalentadora: el problema estaba avanzado y ya no había posibilidad de extirpar el tumor. “Los médicos no me dieron muchas esperanzas; dijeron que era imposible predecir lo que sucedería, porque el cáncer había evolucionado. Entonces me derivaron a radioterapia”, recuerda Erno, quien acudió a la ayuda divina.
“Fue un shock, pero pronto buscó ayuda en oración junto al pastor”, dice Edla Ewald Behling, de 65 años, la esposa del albañil. El pastor Adriano Correia da Silva recuerda bien cómo recibió a Erno en la Iglesia: “Estaba asustado por el diagnóstico y pidió oración. A partir de entonces, empezamos a clamar por la sanidad en Dios”, destaca el líder de la Iglesia de la Gracia de São Lourenço do Sul, al sur de Brasil, donde se congrega la pareja.
Animado por el pastor, Erno comenzó a buscar el milagro en la Palabra. “Me aferré al texto de Isaías 53, versículos 4 y 5, y entendí que Cristo había tomado sobre sí nuestros dolores y enfermedades. ¡Yo ya fui sanado en el Nombre de Jesús!”, declaró el jubilado.
El diagnóstico de cáncer cambia la vida del individuo dependiendo de la extensión de la enfermedad, las condiciones clínicas y las terapias utilizadas. Erno enfrentó algunos desafíos, pero luchó por continuar con sus actividades. Acostumbrado al trabajo pesado en la construcción civil y activo en la obra de Dios, dice que nunca se quejó, “no se dejaba desanimar” por nada. “Era colaborador en la Iglesia y sentía mucho dolor y dificultad para estar de pie durante el servicio, pero no dejaba mi puesto. Quería servir al Señor en todo lo posible”, destaca quien, a pesar de estar jubilado, sigue trabajando como albañil. Y fue en el ejercicio de sus funciones que Erno cree haber recibido la sanidad. “Estaba con mi hijo en un sitio de construcción y comencé a sentir dolor. Así que oré. Sentí calor en las piernas y la ingle. Sabía que Dios me estaba sanando en aquel momento”, afirma, emocionado.
Determinados, ellos mantuvieron una rutina de oración en casa, con el Dr. Soares en la televisión y en la iglesia. “Oramos sin cesar y participamos de las reuniones de fe realizadas por el Dr. Soares en Porto Alegre, en enero de 2018, y el Señor cumplió el milagro”, dice Erno. Algún tiempo después del evento, un examen encontró que el PSA había bajado. “Mi esposo estaba sano. En diciembre del mismo año, fue dado de alta. Fue una batalla ganada, en el Nombre de Jesús”, subraya el ama de casa.
Luciano Rodrigo Behling, de 43 años, hijo de Erno y pastor de la IIGD en Rio Grande, también al sur de Brasil, se emociona al recordar la acción divina en la vida de su padre. El predicador agrega que Dios consoló su corazón con la seguridad de la victoria. “No pensé en la muerte. A pesar de que se trataba de una enfermedad grave, estaba convencida de que el Señor lo cuidaría. Así que no me desesperé”, garantiza el pastor, que tiene a Erno como ejemplo de fe y siervo de Dios. “Mi padre es una fuente de inspiración. Siempre lo cito en mis ministraciones. Es firme en la fe, hombre de oración y un gran referente para mí”, asegura Luciano, uno de los cuatro hijos del albañil.
“Hoy hago todos mis quehaceres, trabajo en la construcción, subo andamios, escaleras y techos y trabajo en la obra de Dios. Hago de todo sin restricciones. La sanidad se llevó a cabo por el poder divino. Lo que el Señor hace, lo cumple completamente. Vale la pena luchar junto al Creador”, dice el jubilado, que se convirtió en 1989 y, desde 2003, es inscrito como patrocinador de la obra de Cristo. “Jesús me habló al corazón, y soy fiel en los diezmos, las ofrendas y como patrocinador”, concluye.