Asia / África
Misiones Mundiales – Nepal
«Creer sin dudar«
Luciana Dias cuenta cómo el Señor restauro su salud, la de su esposo y la de su hija
Para la familia del ama de casa Luciana Nascimento Dias, los últimos tres meses han sido de intensa prueba y gran liberación. Su hija, Manuela, sufrió una grave crisis de apendicitis, Luciana y su esposo, el comerciante Alexandre, contrajeron el covid-19. La infección se produjo durante el período en que la niña, de tan solo cinco años, estuvo hospitalizada. Ahora, con la familia recuperada, la mamá expresa su gratitud a Dios.
“Nos preocupaba la enfermedad de Manuela, claro”, admite Luciana. Sin embargo, incluso en ese momento, la mamá recordó que Dios siempre estuvo con ella en sus peores días, como durante las complicaciones del embarazo y en el parto. Su fe ha sido cimentada desde 2007, cuando la familia comenzó a asistir a la Iglesia de la Gracia. Cuando la niña se enfermó, el 19 de junio, el primer diagnóstico fue de un virus. Pero, el problema era más grave. «Si hubiera seguido la primera orientación, habría muerto en unas horas». El apéndice ya estaba supurando, situación que rápidamente puede evolucionar hacia una septicemia fatal.
En otro hospital, la niña ingresó rápidamente a la operación. Mientras tanto, como en el episodio narrado en el libro de los Hechos de los Apóstoles, en el encarcelamiento de Pedro, había una oración incesante de la iglesia. «Sabía que nuestros pastores y hermanos estaban intercediendo por Manuela». La cirugía fue exitosa y se salvó la vida de la niña. En 15 días, se recuperó por completo. No obstante, mientras acompañaban a la hija, los padres se contagiaron del nuevo coronavirus. Alexandre fue el más afectado por los síntomas de la enfermedad. «Tenía una gran dificultad para respirar», recuerda.
A pesar de los informes diarios de miles de muertes provocadas por la pandemia, Luciana no dudó del milagro de Dios. “Siempre tomé la palabra de Isaías 53 como verdad. Si el Señor ya se hizo cargo de nuestras enfermedades, yo no aceptaba ese virus en nuestro cuerpo”. Tras la fase más aguda de la enfermedad, la pareja fue declarada sana de la infección el 30 de julio. Ahora todo el mundo ha vuelto a sus actividades habituales y Manuela luce aún más alegre y juguetona que antes. «El secreto de la sanidad es creer en el Señor sin dudar», recita Luciana.