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Proyecto de vida
“¡AGARRÉ LA BENDICIÓN!”
Vitória fue a la concentración de fe de la Iglesia de la Gracia segura de que sería sana por el Señor
Solo la fe, mucha fe, de hecho, puede explicar la disposición de quienes viajan a participar en una celebración al Señor. Vitória Maria Holanda dos Santos vivió este viaje espiritual. En febrero de este año, se propuso asistir a la Cruzada de Fe por los 40 años de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios (IIGD), que se realizó en la playa de Botafogo, en una zona residencial de Río de Janeiro. Fue allí, frente al Pan de Azúcar, una de las postales más conocidas del mundo, donde Vitória se deshizo de las inflamaciones que la atormentaban durante mucho tiempo.
“Estaba enferma, con el nervio ciático afectado”, dice la especialista criminal. “Sentía dolor desde las caderas hasta el pie”. Las numerosas citas médicas le aseguraban que no había sanidad, solo tratamientos para los síntomas. Vitória, que ya había asistido a la Iglesia de la Gracia –donde ella, su esposo y uno de sus tres hijos son colaboradores– durante cinco años, no aceptó ese pronóstico. “Solía quedarme hasta tarde en la noche caminando por la casa, quejándome de dolor”, describe. “Si me siento, me duele; si me levantaba también”.
Ella estaba en São Paulo cuando se enteró de la Cruzada, que contaría con la presencia del Dr. Soares. Esto la llenó de fe: “Sabía que Jesús me sanaría. No podía perder esta oportunidad”. A pesar de la incomodidad de viajar en caravana para alguien en su condición, Vitória se fue a Río, acompañada de su hija, Desirée. “En los minutos previos a la entrada del Dr. Soares, casi lloraba de dolor, así que me senté en el suelo”.
En un ambiente festivo de celebración, con alabanza, compañerismo espiritual y la predicación viva de la Palabra de Dios, la oración de fe movió los cielos a favor de la especialista. Poco después, se sintió sana, logrando agacharse y levantarse sin sentir ninguna molestia física, algo imposible de hacer incluso momentos antes. “Agarré la bendición, y el mal desapareció de inmediato”, dice. En los días siguientes se confirmó la sanidad. Vitória ni siquiera volvió al consultorio médico. “Es que no me gusta ir al médico”, bromea.