Pablito – El Nombre de Jesús
Mi historia
SUPERÓ EL INFARTO DE MIOCARDIO Y EL ACCIDENTE CEREBROVASCULAR
Celso Coutinho supera las predicciones y vuelve a predicar
O’hara Santos
Más de 1.100 personas mueren a diario por enfermedades cardiovasculares en Brasil. Esto significa que ocurre una muerte cada 90 segundos, según información de la Sociedad Brasileña de Cardiología.
En septiembre de 1999, Celso Coutinho Martins, de 64 años, sufrió un infarto y estuvo a punto de morir. Incluso tuvo que alejarse del trabajo. “Mi situación era grave. Tuve que someterme a un tratamiento riguroso. Tomaba medicinas tres veces al día, y esta rutina duró dos años”, recuerda, quien era vendedor de acero para Construcción Civil.
A pesar del susto, Celso no tuvo que someterse a una intervención quirúrgica. “Sabía la gravedad del problema, pero mantuve la calma y confié en Dios para salir de ese estado crítico”, agrega.
Evangélico, logró recuperarse del infarto y, meses después, recibió el llamado para trabajar en el ministerio de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios (IIGD). No dudó y se puso a disposición para predicar desde el norte al sur del país. “Comencé como asistente y me convertí en pastor”, explica.
Sin embargo, en diciembre de 2014, otro momento desagradable se cruzó en su camino. El predicador sufrió un derrame cerebral, una de las enfermedades que más mata en Brasil, y perdió todos los movimientos del lado izquierdo del cuerpo. “Los médicos me mantuvieron en observación durante cuatro días y comencé el proceso de rehabilitación con sesiones de fisioterapia”.
A pesar de haber sido dado de alta, el Pr. Celso aún no gozaba de buena salud y contó con la ayuda de su esposa, Sandra Regina Viana Santos Martins, de 60 años, y de la pareja de hijos para desplazarse. Más que nunca, se aferró a la fe y a las oraciones con el Dr. Soares, en programas de televisión, para retomar su vida normal. “Tres meses después, ya conducía mi automóvil y, un año después, comencé a predicar nuevamente”.
El pastor atribuye su restauración al Señor: “Fue generoso conmigo. Recuperé mis movimientos y volví a caminar, sin necesidad de medicinas”, celebra el Pr. Celso, ahora en plena condición para difundir el mensaje de Cristo.