Pablito – La fórmula de la oración
África
¡ÚNASE A NOSOTROS!
El mandamiento de Jesús de ir al mundo para anunciar la Buena Nueva de lo que logró en su muerte por la humanidad no puede confundirse con el mensaje de ninguna iglesia o religión (Marcos 16:15). Las Buenas Nuevas deben anunciarse como lo declaran las Escrituras. Es increíble, pero algunos grupos hoy hablan solo de lo que se conocía en siglos pasados. Sin embargo, como en la ciencia, siempre estamos aprendiendo en la fe un poco más sobre la bendita obra redentora. Por tanto, tenemos que dedicarnos al estudio de la Palabra. Así, predicaremos el Evangelio a todos para liberarlos de las garras del diablo y sus trampas. ¡Únase a nosotros!
La salvación se ha cumplido por completo; por lo tanto, no es necesario pagar ningún pecado para que Dios nos perdone. No obstante, desafortunadamente, en lugar de decir que la iniquidad de todos ya estaba sobre Cristo, al derramar Su sangre para redimirnos, muchos muestran un cuadro muy sombrío. Debido a esto, las personas pasan años lamentándose por sus transgresiones y, como resultado, no crecen en la gracia. Mire, Cristo le dijo al paralítico tomado por los cuatro amigos que sus pecados habían sido perdonados (Marcos 2:5). El Maestro no dijo que serían perdonados. ¡Únase a nosotros!
Después del día de Pentecostés, cuando los discípulos estaban en el aposento alto en Jerusalén, orando y alabando al Señor, y el Espíritu Santo fue derramado, hablaron en lenguas extrañas y glorificaron a Dios. Pero, en el segundo siglo, parte de la iglesia se convirtió en un movimiento filosófico cristiano, porque la generación de ese tiempo quería enfrentar a los apologistas romanos, usando la sabiduría de este mundo y no el poder del Espíritu Santo. Prohibieron a un predicador llamado Montano que orara por los enfermos, expulsara demonios y liberara a los oprimidos. Este flagrante error en las palabras de Jesús les hizo pagar muy caro el atrevimiento de crear una nueva doctrina. ¡Únase a nosotros!
Algunas iglesias prohíben el clamor por los enfermos y otros sufrimientos. Esto contradice uno de los mandamientos de Cristo: sanar a los enfermos (Mateo 10:8), garantizando que la oración de fe los sana, y si han cometido pecados, serán perdonados. Me indigno con los que le mienten a la gente, diciendo que Dios ya no sana hoy. Si Él es el mismo y no hace lo mismo, la Palabra no tiene el mismo significado que siempre tuvo, o Él cambió. Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. (Hebreos 13:8). ¡Únase a nosotros!
En la última comisión dada a los discípulos, Jesús declaró que, en Su Nombre, echarían fuera demonios. Pero hay gente que dice: “Los demonios no existen, eso es histeria”. Mire, si ellos no existen, ¿Cristo nos engañó, ya que Él los expulsaba? Un día, uno de estos “sabios” se encontró con individuos afligidos por estos seres malvados y sufrieron una gran vergüenza. Use el Nombre de Jesús y libere a los oprimidos. ¡Únase a nosotros!
En Cristo con amor,
Dr. Soares