Test – Junio – 2022
“Nunca más voy a embriagarme de nuevo”
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BENDICIONES SOBRE BENDICIONES
Restauración familiar, sanidad y liberación hacen de Alicemary, una mujer grata al Señor
Viviane Castanheira
Alicemary Sousa Ribeiro de Medeiros, de 62 años, ha sido bendecida de muchas maneras. Habitante de una pequeña ciudad del interior del Estado de São, Pirajuí, la jubilada disfruta de un día a día tranquilo y saludable, diferente de la forma como vivía en el pasado, cuando pertenecía a otra religión y sufría de una grave enfermedad. “Me sentía triste. Nada parecía funcionar en mi vida”, cuenta.
Era divorciada y tenía hijos cuando conoció a Joilson, el hombre que le habló de Cristo y con quien está casada hasta hoy. “Dijo que me presentaría a alguien que cambiaría mi historia”. Joilson la llevó a un famoso santuario en Porto das Caixas, cerca de Río de Janeiro, un lugar que atrae peregrinos en busca de milagros. En este lugar, Alicemary recibió de presente un ejemplar del Nuevo Testamento, que empezó a leer con interés. “Hasta subí a los montes a buscar a Dios.”
La lectura de la Palabra provocó cambios e inquietudes en Alicemary. Cierto día, la invitaron a un culto y entonces aceptó a Jesús como su Salvador. “Eso aconteció en noviembre de 1996. Poco después, fui bautizada”, recuerda.
Tiempos más tarde, desarrolló una enfermedad seria en la rodilla. A pesar de haber pasado por dos cirugías, el riesgo de una ablación crecía. En esa época, Alicemary conoció la Iglesia de la Gracia en Madureira, uno de los principales templos de la IIGD en Río de Janeiro. “El Pr. Rogério Postigo oró por mí, y dejó claro que se trataba de una acción maligna. El demonio se manifestaba cuando yo me enojaba”. Según ella, eso ocurría debido a brechas espirituales abiertas: “El pastor dijo que expulsaría aquellos demonios y que yo permanecería en la Iglesia”.
Y, de hecho, Alicemary permaneció allí por ocho años, hasta que se mudó al interior de São Paulo. Como no siempre puede ir a la Iglesia de la Gracia más cerca de su casa, la jubilada participa de las programaciones por Internet. “Estoy sana hace más de diez años”, conmemora. Y las bendiciones no se detuvieron ahí. Por medio del Proyecto de Vida –propósito realizado en la IIGD en diciembre, en la cual las personas presentan al Creador sus planes y sueños para el año que está por comenzar–, conquistó un coche. “El Señor entró con providencia en mi vida”, testifica.