Test – Agosto – 2022
Misiones Mundiales – Grecia
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VERDADERO HOGAR
Eudácia Fenzi decidió servir al Señor, y su familia fue rescatada por Jesús
Viviane Castanheira
El ama de casa, Eudácia Fenzi Dias, de 50 años, y el albañil, Aparecido Donizete Dias, de 56 años, tienen motivos de sobra para agradecer al Señor por las bendiciones recibidas. La pareja, que tiene cuatro hijos, informa que Dios actuó en sus vidas después de que su esposa conoció el Show de la Fe. Viendo por televisión las reuniones de fe, se afirmó en la Palabra de Dios, comenzó a frecuentar la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios en Jaú, en el interior de São Paulo, y a orar por sus seres queridos, porque estaba pasando por una crisis familiar. “Mi esposo bebía, fumaba y creaba muchos conflictos. Ni siquiera podíamos llamar a nuestra casa de hogar”, cuenta ella, quien, en ese momento, comenzó a participar en los propósitos de la IIGD. “Clamaba por la salvación de mis hijos y de mi esposo, y el Altísimo me dijo que me mantuviera firme, porque él estaba conmigo”.
Aparecido recuerda el período más crítico de su historia, cuando salía del trabajo para ir a los bares: “Volvía a casa borracho”. Sin perder la fe, el ama de casa oraba e invitaba a su esposo a ir a la iglesia con ella. Aunque Aparecido no mostraba interés en participar en las reuniones de fe, comenzó a sentirse incómodo con su propio comportamiento. “Dios estaba obrando en mi corazón, pero algo en mí se resistía”, cuenta, y por eso decidió aceptar la invitación de su esposa. “El Señor lo transformó. En menos de un año estaba firme en la Iglesia”, relata Eudácia.
Después de aceptar a Jesús como Salvador, el jefe de familia vio que todo cambió. “Me liberé de la bebida y del cigarrillo. Hace nueve años que estoy sobrio y no tengo ganas de volver atrás. Fue la mejor decisión que tomé”, afirma.
El clamor de Eudácia llegó al trono de Dios, y toda su casa fue rescatada por el Señor, como quiere compartir Alison, de 18 años, uno de los hijos de la pareja: “Estoy en el equipo de los medios de comunicación de la Iglesia, mi hermano mayor es colaborador, mi madre y mi hermana, Alaíde, trabajan en el ministerio de los niños, y mi hermano menor, Abner, y mi padre son miembros. Hace diez años que estamos aquí”, cuenta el joven y agrega: “Una vez que se convirtió mi padre, nos unimos más. Empezamos a comunicarnos mejor”, asegura.
El primogénito, Adriel, de 30 años, agradece la salvación de Aparecido. “Está mejorando cada día. ¡Dios es fiel!”, enfatiza el colaborador de la IIGD. Feliz con Cristo, Eudácia constata: “El Señor rescató a mi familia desde el momento en que comencé a buscarlo. Vale la pena estar en Sus manos. Ahora, mi casa es un verdadero hogar”, celebra.