Test – Noviembre – 2023
Lluvia de milagros
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UNA BENDICIÓN LLAMADA REBECA
A pesar de las muchas dificultades para concebir, Kaelly y Daril esperan alegres la llegada de su primera hija
Carlos Fernandes
Para casi toda mujer, la maternidad es uno de sus principales proyectos, y así lo es para la joven gerente Kaelly Ruana Laurena Martins. A los 23 años, ella y el esposo, el empleado de una gasolinera Daril Laurena Couto, empezaron a anhelar un hijo. Sin embargo, al realizar los primeros exámenes, Kaelly descubrió que tenía ovarios micropolicísticos. Esta enfermedad dificulta un embarazo saludable. Para empeorar el panorama, el espermograma de Daril reveló que sus células reproductoras eran escasas y poco funcionales.
“El médico nos explicó que, aun después de realizar un largo tratamiento, la fecundación sería complicada”, recuerda Kaelly. La noticia llegó cuando ella más soñaba ser mamá. Sin esperanzas en la Medicina, la pareja empezó a orar. Son miembros de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios en la pequeña ciudad de Amajari, en el interior del estado de Roraima, Brasil. “Persistimos en nuestro propósito”, resalta la joven. “No dejamos que esas palabras de derrota entraran a nuestra mente”. Al finalizar el tratamiento, prescrito por seis meses, Kaelly tuvo la certeza de que sería mamá –de una niña, a quien la llamarían Rebeca. “Clamamos al Señor, para que pusiera esa semilla en mi vientre”.
En diciembre del año pasado, cuando el tratamiento terminó, Kaelly ya no tuvo que volver a la clínica. “Confiamos en que yo ya había sido sanada”, afirma. En febrero de 2023, descubrió que estaba embarazada. Aunque varios amigos y parientes expresaron que nacería un niño, ella estaba convencida de que sería mamá de una niña, como Dios le había prometido. “Cuando salió el resultado de la ecografía, a los cinco meses de gestación, se confirmó la doble bendición”, celebra. Ahora, a las vísperas del nacimiento, todo lo que la joven pareja quiere es disfrutar las emociones de este momento sublime y declarar el poder de Dios: “Agradecemos al Señor, que atendió a nuestras súplicas. Él puede todas las cosas”.