Más que vencedores
Bendiciones para mamá e hija
LA IMPORTANCIA DE LA SANTIDAD
Dios creó varios tipos de cuerpos y todos son fundamentales. Está el ser humano, destinado a ser templo de su Espíritu; el conyugal, creado cuando un hombre y una mujer se casan, convirtiéndose los dos en un solo cuerpo, y el Cuerpo de Cristo, la Iglesia, de la que son miembros los salvos. Todos los cuerpos necesitan la santidad para existir y funcionar según el decreto divino. Estudiemos ahora un poco lo que dicen las Escrituras sobre este factor esencial para nuestra felicidad: la santidad, sin la cual nadie verá al Señor Jesús en nosotros (Hebreos 12:14). ¡Únase a nosotros!
EL CÁNTICO DE ZACARIAS: Del juramento que hizo a Abraham, nuestro padre,
que nos había de conceder que, librados de nuestros enemigos, sin temor lo serviríamos en santidad y en justicia delante de él todos nuestros días (Lucas 1:73-75). Ya estamos liberados de las manos de los enemigos, sirviendo a Dios sin temor, en santidad y justicia delante de Él. ¡Regocijémonos! ¡Únase a nosotros!
LA SANTIDAD NO ES NUESTRA: Al ver esto Pedro, habló al pueblo: Israelitas, ¿por qué os admiráis de esto? ¿O por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiéramos hecho andar a éste? (Hechos 3:12). La virtud y la santidad, ante una necesidad urgente, nos hacen actuar como dioses (Juan 10:34). En el Nombre de Jesús, ellas vienen del Señor, por eso hacen maravillas, prodigios y señales en medio de nosotros. ¡Únase a nosotros!
EL REVESTIMIENTO NECESARIO: Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Efesios 4:24). Después de la salvación, obtenida al recibir a Jesús como Salvador, tenemos que dar otro paso importante: revestirnos del hombre recién creado en verdadera justicia y santidad. ¡Únase a nosotros!
TRABAJO NECESARIO: Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros. Que él afirme vuestros corazones, que os haga irreprochables en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos (1 Tesalonicenses 3:12,13). La Iglesia de Cristo necesita aumentar en número de salvos, y estos deben crecer en el amor de Dios para el consuelo de todos, para ser irreprensibles en santidad en la venida de Cristo, que volverá con los salvos que, hoy, descansan en el Señor. ¡Únase a nosotros!
PARTICIPAR DE LA SANTIDAD DE DIOS: Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad (Hebreos 12:9,10). Acepte las correcciones del Señor y conviértase en participante de Su santidad: ¡Únase a nosotros!
En Cristo con amor,
Dr. Soares
Su pastor de la TV