Viviendo lo sobrenatural
Invitación Real
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EL MOTIVO DEL LLANTO
Detrás de un rostro triste, de un grito contenido, que toca hasta el corazón más duro, hay una razón. El hombre que no guarda los mandamientos del Señor es pieza útil en manos del diablo y los demonios, cuya misión en este mundo fue revelada por el Señor Jesús, cuando trazó una línea divisoria entre Él y el diablo: El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Juan 10:10).
Saúl fue elegido por Dios para ser el primer rey de Israel. Este sistema de guiar a la nación no vino del Señor, sino del pueblo que estaba descontento con la “perfección” de los gobiernos de otros pueblos. El profeta Samuel advirtió que ese no era el deseo del Todopoderoso, pero no sirvió de nada: el pueblo ya estaba dominado por la obsesión de tener a uno de los suyos como el más grande. ¡Dios quería seguir siendo su Rey!
MALOS DE CORAZÓN – Sabiendo que Israel ya tenía A alguien en el trono, Nahas, el rey moabita, sitió Jabesh-Galaad e impuso condiciones para no destruirla: cada israelita se arrancaría el ojo derecho y se lo entregaría en sus manos. En medio de perversidades como esta, el Señor levantó una nación que debería ser ejemplo para las demás. Saúl, que venía del campo, oyó llorar a sus hermanos y se enteró de la afrenta. Luego, cuando el Espíritu de Dios descendió sobre él, Saúl reunió 330.000 hombres para guerrear contra Amón. De esta manera, Israel comenzó a mostrar que fue elegida por el Altísimo. Lea el relato completo de esta liberación en 1 Samuel, capítulo 11. De la misma forma, el Todopoderoso nos levanta para responder al diablo y a su maldad que causa el deterioro del hombre en estos últimos días. Si no hacemos nada por las personas que se corrompen todos los días, pronto veremos al mundo entero perdido en diversas desviaciones morales.
LA REVELACIÓN TRAJO LLANTO – Cuando el profeta Eliseo estaba en Damasco, capital de Siria, el rey Ben-Hadad le envió a Hazael, su ayudante, para que le llevara un gran regalo y le pidiera que consultara al Señor si sería sanado de su enfermedad. El profeta miró al enviado y le dijo que el rey no sería sanado. Entonces Hazael se avergonzó, y el profeta entendió lo que vendría después y lloró: Entonces le dijo Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él respondió: Porque sé el mal que harás a los hijos de Israel; a sus fortalezas pegarás fuego, a sus jóvenes matarás a espada, y estrellarás a sus niños, y abrirás el vientre a sus mujeres que estén encintas (2 Reyes 8:12). A veces el hombre de Dios se enfrenta a situaciones que le harán sentir lástima por aquellos que serán utilizados por el diablo. Si su consejo no es oído, llorará porque sabe que la gente prefiere actuar para que no ocurra daño en sus vidas. ¡Incluso si se esfuerza por ayudarlos, el siervo de Dios no obtendrá el resultado deseado!
LA REALIDAD DE HOY – Quienes viven en el error pecan contra la humanidad; por tanto, su final será amargo y difícil. El adulterio físico es un pecado grave ante el Señor; ahora, lo espiritual, en el que muchos se dejan llevar por doctrinas extrañas, causa un daño mayor entre nosotros. Los adúlteros no saben que están cambiando la felicidad eterna por la felicidad momentánea, que proviene del placer triste y sucio. Deshonran el pacto hecho ante Dios. ¿Por qué desprecian así la Palabra? El resultado es que los pastos del desierto se secan, a causa de la mala carrera del hombre y de su deseo de no actuar con justicia: Porque la tierra está llena de adúlteros; a causa de la maldición la tierra está desierta; los pastizales del desierto se secaron; la carrera de ellos fue mala, y su valentía no es recta (Jeremías 23:10).
RAQUEL LLORA POR SUS HIJOS – La Iglesia de Cristo se parece a Raquel en su dolor, porque sus hijos ya no existen. Lo que ocurre hoy en muchos lugares considerados casas de Dios es la falta de enseñanza bíblica. Ha sido reemplazada por pensamientos filosóficos. Ahora bien, la Iglesia debe ser la asamblea de los poderosos, de personas a las que no les importa dar la vida por la fe en Cristo. Allí no habrá más hambre ni sed de la Verdad: Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron (Jeremías 31:15).
SUERTE PERVERSA – Hablar de Jerusalén es mencionar la tierra donde la perfidia de los hombres la llevó a la desesperación. De un momento a otro se convirtió en un homenaje a un pueblo que debía rendirle homenaje y honrarla. ¿Por qué la Iglesia no atrae a más personas perdidas para que vivan y actúen sin preocupaciones en sus calles? Deberían aprender del único Señor, que creó todas las cosas. Los errores de las personas borran el brillo de la fe en Dios, y nadie es sanado, liberado y ungido con el poder del Nombre de Jesús. Hoy, esa ciudad, amargamente llora en la noche, y sus lágrimas están en sus mejillas. No tiene quién la consuele de todos sus amantes; todos sus amigos le faltaron, se le volvieron enemigos (Lamentaciones 1:2).
EL REMEDIO – La Iglesia del Señor tiene la medicina adecuada para sanar los dolores de los afligidos: hablando del amor de Dios y de los derechos de los salvos en Cristo Jesús:Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito (Zacarías 12:10). Esta profecía se cumplió sobre los habitantes de Jerusalén, sobre quienes fue derramado el Espíritu de gracia y de súplica. Al asumir la unción recibida de Dios, la Iglesia hará que los pecadores miren a Jesús y lamenten cómo se llora por el hijo primogénito. ¡Los salvos no lloran, sino que se regocijan en el bendito Salvador!
En Cristo, con amor,
R. R. Soares