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Especial
LA PUNTUACIÓN DE LA VIDA
Dr. Soares crea “ayuda espiritual en vivo” para llevar esperanza a la población
O’hara Santos
Que los días han sido duros por culpa del covid-19, todo el mundo lo sabe. No obstante, aunque el número de muertos sigue siendo elevado, no podemos olvidar a los supervivientes. Pensando en celebrar la vida, el equipo del programa S.O. S. de la Fe comenzó a contar a los sanados. Al final de esta edición, más de 61 mil brasileños se habían recuperado de esta enfermedad. Para algunos, la restauración de la salud proviene de la Medicina. Sin embargo, quienes confían en el poder de Jesús asocian su sanidad con la fe y el poder sobrenatural de la oración.
La redacción del Boletín Informativo del Patrocinador – La Certeza de la Victoria le trae historias sorprendentes sobre la ayuda divina a través del S. O. S. de la Fe. El programa de televisión, transmitido diariamente en canales brasileños y por las redes sociales, fue creado en 2020, por el Dr. Soares, pensando en las emociones de las personas, en un momento de tantas incertidumbres debido a la actual crisis de salud que asola al mundo.
“El Dr. Soares vio la necesidad de ofrecer ayuda en este momento de desesperación. Es un auxilio espiritual en vivo. Mucha gente ha sido bendecida y sanada”, garantiza el pastor Rogério Postigo, líder de la Iglesia de la Gracia en Río de Janeiro y uno de los presentadores del programa, con los pastores Jayme de Amorim, Hilton Santos, Yara Oliveira y Thais Benevente.
La muerte no triunfó
El hijo de Maria Aparecida Leoterio estaba al borde de la muerte. Pedro Hervano Pinto Júnior fue contagiado por el nuevo coronavirus y estuvo un mes en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en el estado de Río de Janeiro. “La enfermedad atacó su pulmón, que también adquirió dos bacterias. La médica incluso dijo que necesitaba ser trasladado, pero no sabía si llegaría vivo a otro hospital”, explica Maria Aparecida.
Conmocionada por el pronóstico, se aferró a la fuerza divina. “Comencé a suplicar durante el programa S. O. S. de la Fe. Bebía el agua consagrada, ponía el nombre de mi hijo en las cadenas de oración y daba la vuelta de la vitoria con el Dr. Soares”, afirma.
El drama de Maria se convirtió en felicidad. “Pedro fue considerado sin perspectivas de vida, pero Jesús nos sorprendió y revirtió la situación crítica. Mi hijo fue a la enfermería y, días después, fue dado de alta”, celebra.
El grave problema de salud dejó una experiencia de aprendizaje para la familia. “Hay cosas que, al principio, no entendemos. Sin embargo, más tarde, nos dimos cuenta del propósito”, dice Maria, emocionada. “Su esposa y mi nieto regresaron a la casa del Señor. Mi otro hijo, que había dejado de hablar con Pedro durante mucho tiempo, se reconectó con su hermano y permaneció en el hospital para acompañar el tratamiento. Dios aún rescató nuestra armonía familiar. ¡Es maravilloso!”, se emociona.
Fin de la pesadilla
La vida cotidiana de Lourdes Silveira Mesquita se convirtió en un caos en 2020. Diez personas de la misma familia fueron diagnosticadas con covid-19. “Mi mamá, de 94 años, y mi cuñado fueron hospitalizados. Mis hijos, mi nuera, mis sobrinas y mi hermana quedaron en aislamiento social. Solo yo no contraje la enfermedad”, explica.
Lourdes intercedió por la familia, especialmente durante el programa S. O. S. de la Fe. “Participaba en las oraciones con el Dr. Soares y bebía el agua bendita. Fue difícil, sin embargo, confié en Dios. Hoy, todos están bien”, destaca. “Estaba temerosa, traumatizada, pero el Señor los guardó”, dice.
Ella desea enfatizar que el programa ha sido un canal de bendiciones en este difícil escenario. “Ver el programa me ayudó mucho, principalmente por las palabras de aliento. Vale la pena creer en el poder de la oración”.
Desafío superado
La lucha contra el coronavirus impone desafíos a quienes contraen la enfermedad. Edinelma da Costa Gibson, de 40 años, revela el drama vivido por su hermana, Edielma da Costa Gibson, de 38 años, auxiliar de oficina, quien tenía síntomas de este mal. “Trabaja en un lugar de intenso contacto social. De repente, empezó a sentir dolor de cabeza y de garganta, además de fiebre y tos”.
Edielma fue atendida en casa, pero empeoró. Luego, la hermana, Edinelma, buscó la ayuda de Dios y participó en la oración con el Dr. Soares. “Concentré mis pensamientos en la sanidad. En seguida, bebí el agua consagrada y, al día siguiente, me llamó mi mamá y me dijo que Jesús había hecho un milagro, porque mi hermana ya podía ponerse de pie, para la gloria de Dios”, celebra.
Quatro miembros de la misma familia vencen el covid-19
Jovenilde Menezes da Fonseca Brandão, su esposo y su pareja de hijos también fueron incluidos en las estadísticas de contagio del nuevo coronavirus. En el momento álgido de la pandemia, la funcionaria públicay su hija permanecieron en casa. Sin embargo, su esposo y su hijo continuaron trabajando y contrajeron el virus, contaminando a los miembros de la familia.
Sin pensárselo dos veces, Jovenilde oró con el Dr. Soares, durante el programa. “Nos dirigimos a Dios y oramos por la restauración de nuestra salud participando en el propósito del vaso con agua. En dos semanas, mis hijos se sanaron. Mi esposo y yo seguimos perseverando y, 20 días después, nos liberamos de este mal”, garantiza.
“Soy una estadística para la puntuación de la vida, no de la muerte”
El pastor, cantante y gerente de Graça Music, Tiago Peres, de 28 años, fue infectado por el covid-19 en mayo de 2020. Estuvo hospitalizado durante 20 días, en estado grave, en el Centro de Cuidados Intensivos (UCI). “Tenía mucha dificultad para respirar y me tuvieron que intubar”, dice Tiago, quien también contrajo una neumonía bacteriana.
Gabriela Peres, de 24 años, esposa de Tiago, relata que estos fueron los días más difíciles de su vida. “Tenía miedo, porque no podía visitarlo y, todos los días, solo recibía malas noticias sobre su estado clínico”, recuerda, y agrega que se sentía impotente por la situación de su esposo y porque estaba contaminada por la enfermedad.
“Estaba debilitada y conmocionada, a pesar de tener síntomas leves de la enfermedad. Sin embargo, Dios fue mi fuerza, sosteniéndome en este proceso”.
Recuperada, pero en aislamiento social, Gabriela convocó a familiares y amigos para que clamaran por su esposo. “Formamos un ‘ejército’ y Dios escuchó nuestros clamores”, dice emocionada.
Tiago logró salir de la intubación y poco a poco recuperó la salud. “Me pesaban las piernas y no podía sentarme ni estar de pie. Luego, tuve una mejoría significativa y dejé la UCI”, recuerda.
Su recuperación incluso sorprendió al equipo médico. “Un especialista incluso dijo: ‘El de arriba te quiere mucho’”, dice Tiago, quien, en el momento de su hospitalización, se empeñó en atribuir el milagro al Todopoderoso. “Estoy agradecido con los médicos, mi esposa, el Dr. Soares, amigos y familiares por sus oraciones”, dice. Poco a poco, Tiago recuperó los movimientos y volvió a caminar y subir escaleras, sin fatiga.
Ha pasado un año y la pareja destaca las lecciones aprendidas: “Haber vivido días difíciles solo nos ha hecho crecer y mejorar como pareja, hijos y, en el futuro, como padres. Dios nos enseñó a valorar las pequeñas cosas. Tratamos de cuidarnos más, llevar una dieta saludable, hacer ejercicio y tener más tiempo de ocio juntos”, resume Gabriela. “Tiago es un milagro, pero yo también lo soy y nunca olvidaré lo que viví en esos días”, destaca.
El pastor Tiago agrega: “He visto la vida post-covid como una gran oportunidad para hacer mucho más por el Altísimo. Por supuesto, cuidando a mi familia sin traspasar límites. Soy una estadística para la puntuación de la vida, no de la muerte”, garantiza el líder.