Test – Enero – 2022
Cinturón negro en la fe
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“SOLO TENGO QUE DECIR GRACIAS”
El empleado de gasolinera Jorge Bastos Siqueira, de 48 años, no quería saber de Dios ni del Evangelio. Hasta que, en 2006, su hijo de ocho años se enfermó y fue trasladado de urgencia al hospital. El niño padecía meningitis y corría peligro de muerte. “Tuve que llevarlo a dos hospitales diferentes para recibir tratamiento. Cuando me enteré del diagnóstico, me derrumbé. No podía perder a mi hijo”, dice Jorge. Pasaron unos días y el padre estaba abatido. Hasta que una evangelista de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios le dio una palabra de fe. “Ella me dijo que el Señor estaba cuidando a mi hijo y que sería sanado en el Nombre de Jesús. Confié en lo que recibí y allí mismo acepté a Cristo como mi Salvador. Nunca más dejé Su presencia. Mi hijo se recuperó y hoy solo puedo agradecerle”, dice Jorge, miembro de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios.