Misiones Mundiales – Marruecos
Accíon de Gracias
COMPARTILHE
NUEVA CANCIÓN EN LOS LABIOS
Después de entregar su vida a Jesús, Tânia Maria empezó a experimentar la Felicidad verdadera
Viviane Castanheira
Encontrarse con Jesús le cambió la vida a la jubilada Tânia Maria Souza Wegner, de 60 años. Tomada por sorpresa con una petición de divorcio, después de 32 años de matrimonio, tuvo que aprender a lidiar con sus frustraciones y los sentimientos de sus dos hijos. “Fue un desconcierto. Estaba deprimida y desconsolada”.
A pesar de los numerosos problemas causados por la separación, Tânia decidió no abandonar a su suegra, que está postrada en cama, y comenzó a trabajar duro para cuidar de la anciana de 94 años. “Como no podía soportar más esa situación, le pedí a Dios que me ayudara a pasar por ese valle”, recuerda, quien también sufría al ver a su hijo menor involucrarse con drogas.
En el auge de su agotamiento, Tania cree que recibió una dirección divina. “Escuché una voz suave que me decía que debía buscar una iglesia evangélica. Salí sin saber exactamente a dónde ir”, cuenta Tânia, que encontró la Iglesia Internacional Gracia de Dios en São Lourenço do Sul, en el sur de Brasil, frontera con Argentina. “¡Jesús me llevó hasta allí! Conocí ese lugar y nunca más me alejé”.
A partir de ese día, Tânia ya no era la misma. “El Señor transformó mi llanto en alegría. Estoy sumamente feliz con mis hijos y, más aún, por tener a Jesús”, enfatiza. Tânia, además, empezó a interceder por sus hijos, Priscila Wegner, de 34 años, y João Batista Wegner, de 28 años. “Oré pidiéndole a Jesús que sacase a João del mundo de las drogas. En septiembre se cumplió un año de estar liberado y sirviendo al Señor”, cuenta. Tânia está convencida de que Priscila también será alcanzada por el Evangelio. “Guardo el Salmo 40:2, que dice: y me hizo sacar del pozo de la desesperación,del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña y enderezó mis pasos. ¡Tengo mucho que agradecer a Dios!”, se regocija Tânia.