Haciendo la obra de Dios
Gratitud por la vida
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EL SUEÑO DE LA PAREJA SE HACE REALIDAD
Después de numerosos problemas, la unión de Sidney y Angélica es restaurada por Jesús
Viviane Castanheira
“Fue amor a primera vista.” Así describen Angélica Alves de Aguiar Oliveira, de 24 años, y Sidney Souza de Oliveira, de 26, el momento en que se conocieron cuando aún eran adolescentes. “Nos enamoramos a primera vista”, dice Sidney. Sin embargo, el proyecto para construir una casa fue casi destruido.
Dispuestos a cumplir este deseo, la pareja tuvo que separarse. Sidney aceptó una oportunidad de trabajo en otra ciudad, donde vivía su padre. Sufriendo por la distancia de su amado, Angélica dejó la casa de sus padres en 2014 para vivir con Sidney. “Las cosas no salieron como imaginábamos, porque éramos inmaduros”, señala. Al año siguiente, la pareja tuvo una hija, Nathaly, que ahora tiene seis años. Luego surgieron otros desafíos. “Tenía miedo, porque no sabía cómo afrontar la situación”, confiesa Sidney.
El exceso de trabajo, el tema económico y la dificultad de comunicación distanciaron a los dos, quienes tomaron decisiones equivocadas. “Las traiciones, las mentiras y los celos acabaron con nuestro amor”, dice Sidney.
Un abismo llama a otro abismo, como dice el Salmo 42, versículo 7. Este texto se cumplió en la relación de Sidney y Angélica. Infelices, comenzaron a consumir pornografía y el matrimonio llegó a su fin. Así que ella regresó a su ciudad con su hija. “Estaba triste y desanimada. Solo quería alejarme de él”, recuerda Angélica.
Angustiado y perdido, Sidney buscó la sede de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios, congregación que había visitado con su pareja en tres ocasiones, al inicio de su vida en común. “Asistí a algunos servicios, lloré, pero el pecado hablaba más fuerte y no me quedé ahí”, lamenta Sidney.
La restauración
Sin embargo, Angélica decidió invertir nuevamente en la relación y regresó a casa. Pero, la convivencia fue difícil. Temiendo perder a su esposa una vez más, Sidney le sugirió que buscaran juntos la ayuda divina en la IIGD. “Fuimos recibidos con amor por los hermanos. Íbamos a la congregación todas las semanas”, dice Angélica. La asistencia a los servicios dio lugar a un auténtico encuentro con Jesús y a una intensa búsqueda de reconstrucción matrimonial. Angélica buscó asesoramiento pastoral y, después de la conversación, soñó con la ceremonia de su boda. “Usaba un hermoso vestido blanco. Pero ¿cómo podría ser eso posible? No éramos económicamente capaces de afrontar los gastos. Sin embargo, Dios me dijo que todo se resolvería”, explica Angélica.
Después de hablar con el pastor Carlos Soares, líder estatal de la IIGD en Mato Grosso, Sidney decidió oficializar la unión. “Nuestro pastor se ofreció a pagar las tarifas de la oficina de registro. Y el Señor puso en el corazón de varios hermanos el deseo de ayudarnos”, celebra Angélica.
El sueño de la pareja se hizo realidad el 5 de febrero de 2021. “Fue una ceremonia especial, llena de la presencia de Dios. Ganamos los anillos, el pastel, los dulces, los adornos, la ropa y mucho más. Fuimos bendecidos”, celebra Angélica.
Transformación
Angélica y Sidney tienen mucho que agradecer. Ella fue aprobada en un concurso público y trabaja como técnica de nutrición escolar. Mientras tanto, Sidney fue ascendido en su nuevo trabajo. Los dos lograron comprar un apartamento donde viven con su familia. “Nuestro matrimonio ha sido restaurado. Tenemos serenidad, amor y esperanza”, dice Angélica. “Dios es bueno en cada detalle. ¡La paz que Él ofrece este mundo nunca nos la dará!”, concluye Sidney.