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SOLIDARIDAD Y FE EN MEDIO DEL CAOS
Miembros de la IIGD (RJ) se unen para ayudar a las víctimas de la tragedia en Petrópolis
Viviane Castanheira
Luto, dolor, llanto, desesperación, impotencia… Estos sentimientos se apoderaron de los habitantes del municipio de Petrópolis, en la región montañosa de Río de Janeiro, en la tarde del 15 de febrero. Una tormenta provocó derrumbes en más de 270 puntos de la ciudad y varias inundaciones que dejaron rastro de destrucción y muerte. Según el Centro Estatal de Monitoreo y Alerta de Desastres Naturales (Cemadem), se registraron 260mm de lluvia en 6 horas. El acumulado fue superior a lo esperado para el mes de febrero. La catástrofe es la mayor registrada en la ciudad.
Fundada por el monarca D. Pedro II en 1843, Petrópolis fue refugio de la corte portuguesa durante las épocas más calurosas del año, debido al clima más templado que el de la entonces capital del imperio, Rio de Janeiro.
Al momento de escribir este artículo, la inundación había dejado más de 200 muertos, 50 desaparecidos y al menos 950 sin hogar. Conmovido, el Dr. Soares, fundador de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios, lanzó, en sus redes sociales, un mensaje de consuelo y fe a las víctimas del desastre: “Mi oración es que el Señor consuele sus corazones y bendiga a las familias en duelo. El mismo Dios que abrió el mar y multiplicó los panes puede ayudar a este pueblo”, declaró el predicador.
Las iniciativas solidarias han sido útiles en este sombrío escenario. Según el pastor Rogério Postigo, líder de la IIGD en el Estado de Río de Janeiro, los templos de la Iglesia en el territorio de Rio de Janeiro están sirviendo como puntos de reunión para ayudar a los Petropolitanos. “Hemos recibido alimentos, agua mineral, material de limpieza e higiene personal, ropa y colchones. Es una situación grave, por lo que necesitamos la ayuda divina. Pedimos la colaboración de todos”, enfatiza el pastor, quien personalmente llevó las primeras donaciones dos días después de la tragedia.
El punto de distribución de los artículos recolectados en el estado es la sede de la IIGD en Petrópolis. Según el líder de la Iglesia, el Pr. João Merino, en menos de una semana de campaña, se recogieron tonelada y media de alimentos, dos mil litros de agua, miles de prendas de vestir, además de colchones y artículos de limpieza. La Iglesia está brindando ayuda material a las víctimas y, sobre todo, consuelo espiritual. “Muchos han perdido familiares, amigos, conocidos, bienes, y nosotros, a través de la Palabra de Dios, estamos trayendo aliento y esperanza. Al ser testigo de tantos enlutados, tengo el mismo sentimiento que Cristo: compasión”, explica Merino. El pastor ha trabajado incansablemente, con unos 40 voluntarios, para entregar donaciones a quienes buscan la Iglesia, como es el caso de la jubilada Ana Rispoli, de 62 años.
Tenía su residencia cerrada debido a un deslizamiento de tierra. “La Iglesia me ha proporcionado canastas de alimentos y oraciones. Estoy viva, y mi familia también. Confío en Dios que todo irá bien”, asegura la jubilada. El trabajador de construcción, Renato da Silva Lima, de 45 años, tuvo su casa destruida por la inundación. “Mi familia y yo vivimos con mi mamá. Lo que obtuve de la Iglesia de la Gracia me está ayudando mucho”, dice Renato, padre de tres niños pequeños. El albañil nos da una lección de vida: “No cuestiono al Señor, porque nada sucede sin Su permiso. Diariamente, estoy agradecido por la liberación. Podríamos estar muertos. Sé que es difícil empezar de nuevo, pero con Dios, podemos hacer todas las cosas. Él nos fortalece y somos más que vencedores en Cristo. Las cosas materiales, con el apoyo divino y de las personas, podemos volver a conquistarlas. ¡Hay que mantener la fe!”, concluye.
R. R. SOARES PRDR. SOARES OFRECE SOLIDARIDAD A LAS VÍCTIMAS DE PETRÓPOLIS, EN RIO DE JANEIRO