Dios de los milagros
Palabra de vida
LA DÁDIVA DE ADQUIRIR UNA CASA
El patrocinio animó a Adriano da Silva a comprar su propiedad
Carlos Fernandes
Contribuir al mantenimiento de la obra de Dios es un acto de fe. Funciona como un canal de bendiciones para quienes deciden dar este paso. Que lo diga el conductor, Adriano da Silva Barros, de 39 años. Soñaba con tener su casa propia y lo logró cuando respondió al llamado del Señor. “Dios me dio una casa como la pedí”, celebra. Asiduo espectador del Show de la Fe, Adriano atribuye a este programa una parte fundamental de su realización. “Estuve 15 años usando drogas, pero Jesús me alcanzó a través de la predicación del Dr. Soares y el Pr. Jayme de Amorim”, testifica. Sin embargo, a nivel personal, algo faltaba. “Vivía en un cuarto, en el patio trasero de la casa de mi mamá, con mi esposa y mis dos hijos. Estaba buscando un lugar mejor.”
Cuando decidió ser patrocinador, Adriano se mantuvo firme. “Incluso ante una dificultad, depositaba la cantidad y pedía oraciones”, garantiza. Así que cuando sucedió la victoria, el conductor no se sorprendió: “Usé mi fe, y la bendición se materializó”. Hoy, la familia de Adriano tiene una mejor calidad de vida. “Comemos mejor y paseamos”. Para él, el patrocinio es una inversión para que la Palabra llegue a otras personas. “Siempre seré fiel a ese compromiso”, asegura.