“¡Jesús sanó a mi padre!”
ADN Misionero
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“EL SEÑOR HIZO UN MILAGRO”
Víctima de una repentina enfermedad, el pequeño Benjamín sobrevivió sin secuelas, gracias a la fe de sus padres
Carlos Fernandes
La familia Aragão tiene muchos motivos para celebrar. Además de las fechas conmemorativas, como el aniversario de bodas de la pareja o el nacimiento de sus hijos –Josué Caleb y Benjamin, él más pequeño–, el 04/05/22 quedó en la memoria de los comerciantes, Leandro y Veridianne, por un motivo extremo: fue la noche en que Benjamín, de dos años y medio, nació de nuevo. Mientras Veridianne se preparaba para acostar a los niños, tuvo el mayor susto de su vida. “Benjamin estaba comiendo un trozo de manzana y apoyó su cabeza sobre mí para que lo abrazara”, recuerda su madre. En ese momento, se dio cuenta de que el niño no se movía. “Me levanté de inmediato e instantáneamente su cuerpo se relajó. Fue desesperante.”
Veridianne llamó a su hijo con insistencia, pero los ojos del niño no se movían y no respiraba. “Lo tomé en brazos y traté de darle los primeros auxilios, pidiéndole a Dios que reprenda el espíritu de la muerte”. Como la pareja asiste a la IIGD en Boa Vista, al norte de Brasil, durante muchos años, la fe es esencial en ese contexto familiar. Por lo tanto, el padre no tuvo dudas sobre dónde debía llevar a Benjamín en busca de ayuda. “Corrimos a la iglesia y en el camino clamamos al Señor”. Cuando llegaron al templo, los dedos del niño estaban morados. “El reverendo Eric vio a mi esposo en la puerta, bajó del púlpito y reprendió el mal en el Nombre de Jesús”, recuerda.
El niño empezó a moverse y vomitó un trozo de la fruta. Luego, Benjamin fue llevado a la sala de emergencias y se sometió a una evaluación. Según el médico, pudo haber tenido una reacción a la vacuna contra la influenza y la MMR, que le habían aplicado por la mañana. “Pasamos la noche en el hospital. Todavía tenía fiebre, pero pronto se quedó dormido y cuando se despertó, estaba cantando canciones de alabanza”. Ahora, Benjamin vive como un niño normal. Leandro y Veridianne han buscado seguimiento pediátrico, mediante exámenes y consultas con un neurólogo, pero no hay anormalidad en el estado de salud del pequeño. “Solo Dios podría sacar a nuestro hijo de esa situación. El Señor actuó con un milagro”, celebra la madre.