Bendición multiplicada
Una voz que loa
BAJO EL COMANDO DEL BUEN PASTOR
Tener a Jesús como su Pastor hará que sus necesidades normales de la vida, así como las que puedan surgir de repente, sean suplidas de manera completa: JEHOVÁ es mi pastor, nada me faltará (Salmos 23:1). Para que esto sea una realidad, crea en la Palabra y siga la voz de Dios sin dudar o cuestionar: Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco, y me siguen (Juan 10:27). Seguir a Jesús es el éxito. ¡Únase a nosotros!
El Salvador tiene los mejores “pastos” para Sus ovejas y las guía mansamente junto a las aguas tranquilas que traen descanso: En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará (Salmos 23:2). Como lo hizo con Israel en el desierto, Dios nos suministra aquello que necesitamos para que tengamos salud, paz y vida abundante en cualquier situación: «Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo» (Juan 6:31). ¡Únase a nosotros!
Durante los 40 años que los hebreos pasaron en aquel lugar abrasador, el Señor los confortaba, guiándolos por las veredas de la justicia, porque su Nombre estaba sobre ellos: Confortará mi alma. Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre (Salmos 23:3). Hoy, contamos con más que ellos aún, pues somos la justicia de Dios en Su Hijo: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él (2 Corintios 5:21). Realice los mismos hechos que Jesús cuando Él estaba aquí. ¡Únase a nosotros!
Nunca se asuste de las amenazas del demonio, pero crea que ningún mal le devendrá. Al final, la Palabra del Señor y su disciplina consuelan: Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Salmos 23:4). No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el Reino (Lucas 12:32). ¡Únase a nosotros!
¡Jamás huya de las batallas! El Señor lo preparará para asumir todo lo que le Pertenece: Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando (Salmos 23:5). Dios hace que el demonio tiemble de ira, cuando este lo ve a usted a la mesa servida por el Señor: En aquel día los egipcios serán como mujeres, porque temblarán llenos de miedo ante la presencia de la mano amenazante de JEHOVÁ de los ejércitos, que él levantará contra ellos (Isaías 19:16). Con la unción sobre su cabeza, su cáliz desbordará. ¡Únase a nosotros!
Por fin, verá cómo Dios es bueno para con su pueblo y cumple todas las promesas hechas en las Escrituras: Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la envié (Isaías 55:11). Entonces, dirá sin ninguna duda: Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días (Salmos 23:6). Llegó al Reino del Padre para mostrar que vale la pena confiar en Verdad (Juan 8:32). Él es su Pastor. ¡Únase a nosotros!
En Cristo, con amor,
R. R. Soares