Chiquitines y especiales
Mensaje a las siete iglesias de Duque de Caxias
A LOS PIES DEL SEÑOR
El apóstol Pablo era un hombre de oración, pues sabía que el siervo de Dios debe estar a los pies del Señor para tener éxito en su caminata de fe. En la orientación que recibió durante una visión nocturna, un joven macedonio le rogaba que pasase por Macedonia y ayudase a los habitantes de esa región. Al sentir que esa era la voluntad del Altísimo, Pablo cambió sus planes y comenzó su trabajo en Europa: Un sábado salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración. Nos sentamos y hablamos a las mujeres que se habían reunido (Hechos 16:13). Sabiendo de la importancia del clamor a Dios, lo invitamos a usted, lector, a unirse a nosotros en un mismo propósito. ¡Únase a nosotros!
PRIMEROS CONVERTIDOS EN EUROPA – Pablo, que vivía en oración, nos enseña a entrar en una región que era nueva para el Evangelio y conseguir convertidos de inmediato. El apóstol y sus hermanos en Cristo se juntaron a la margen del río, hacia donde el Señor llevó a algunas mujeres que estaban interesadas en la Buena Noticia: Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo. El Señor le abrió el corazón para que estuviera atenta a lo que Pablo decía (Hechos 16:14). Entendió que Pablo y su grupo eran enviados del Altísimo y, después de ser bautizada, los invitó a descansar en su casa: y cuando fue bautizada, junto con su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, hospedaos en mi casa. Y nos obligó a quedarnos (Hechos 16:15). Dios cuidó de ellos, dándoles abrigo, casa y comida. ¡Únase a nosotros!
ADIVINA Y ENDEMONIADA – Aquel lugar al margen del río se volvió conocido como el lugar de la bendición. Dios quería bendecir todos y, primero, liberó a una joven poseída por un espíritu adivino que hablaba bien de ellos: Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando (Hechos 16:16). Todos los días, cuando ellos pasaban por allí, la mujer decía que eran hombres de Dios y mensajeros del camino de la salvación. Pablo expulsó el mal que la poseía. Sin embargo, los “dueños de la joven” se levantaron contra de ellos, moviendo a las demás personas y las autoridades contra aquellos siervos de Dios, que acabaron presos y perseguidos (Hechos 16:16-24). ¡Únase a nosotros!
ORABAN Y CANTABAN HIMNOS – Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron (Hechos 16:25,26). Es inspirador el estado de espíritu de Pablo y Silas, que, a pesar de estar presos, oraban y cantaban himnos. La fe que ellos practicaban causó un terremoto en la prisión. Por ello, el carcelero y su familia fueron salvados (Hechos 17:27-34). ¡Únase a nosotros!
¡Así se hace la obra de Dios!
En Cristo, con amor,
R. R. Soares