Test – Septiembre – 2023
El camino a la victoria
COMPATILHE
ACCIONES SOCIALES
La sede de la IIGD en Natal llevó amor, fe y esperanza a los habitantes de la ciudad del norte de Brasil
Viviane Castanheira
Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber […] estuve desnudo y me vestisteis[…]De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.” (Mateo 25:35,36,40). La Biblia resalta la importancia de servir a los demás como atributo de los salvos en Cristo. Siguiendo la orden del Maestro, la sede de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios en Natal (Brasil) ha desarrollado proyectos para acoger a los necesitados.
Atención médica, jurídica, espiritual y social son algunos de los servicios que se ofrecen a la población sin hogar en el barrio Cidade Alta, en la capital de estado de Rio Grande do Norte-Brasil. El trabajo semanal es una iniciativa del Ministerio de la Sopa, nombre del equipo que, desde hace 15 años, recorre la ciudad de Natal alimentando el cuerpo, el alma y el espíritu de personas socialmente vulnerables. El grupo está formado por diez voluntarios que se esfuerzan por mostrar amor a través de la solidaridad. “Servimos sopa, café, pan y comidas especiales a los niños. También donamos ropa y artículos de higiene personal”, dice la pastora Adenise Aquino de Lima, coordinadora del proyecto. Ella se preocupa por evangelizar a los servidos: “Es la oportunidad de hablar del amor de Jesús, alabar y orar con ellos. Promovemos la reflexión a la vez que atendemos necesidades básicas, y muchos se entregan a Cristo”, relata.
El esfuerzo del equipo se ve recompensado con la sonrisa de quienes reciben la ayuda. Ewton Felipe Martins Marques, de 22 años, es el resultado de esta propuesta humanitaria. Vivió en la calle durante seis meses, luego de abandonar la comunidad donde vivía con su familia. “Tomé malas decisiones, estuve involucrado en drogas y terminé obligado a vivir en la calle”, dice. Ewton fue alcanzado por el Ministerio de la Sopa: “A través de donaciones, oraciones e invitaciones a visitar la IIGD, sentí curiosidad por conocer al Dios del que tanto hablaban y que cambiaría mi vida”, dice, quien aprendió a cortar el cabello y comenzó a obtener un pequeño ingreso.
También fue en la calle donde Ewton conoció a Lucimara Silva, de 28 años, quien luego se convirtió en su esposa. La joven tenía la costumbre de llevar a su hijo a jugar al parque donde estaba Ewton. “¡Íbamos juntos a la iglesia, yo salí de la calle y hago la obra de Dios!”, recuerda. El joven participó en la última acción social realizada por la IIGD en agosto, ofreciendo un servicio de corte de cabello. “Después de conocer a Jesús, todo cambió. El Señor me rescató a través de este ministerio”, dice el joven, feliz con su familia.
La colaboradora Solange Adriana Patrício da Cruz, de 50 años, más conocida como Sol, trabaja en el Ministerio de la Sopa desde hace tres años y se enamoró de este trabajo. “Me sorprendió darme cuenta de cómo servir a los demás nos acerca a Dios. Nos fortalece y nos prepara cada día”, destaca Solange, que se conmueve al ver la dura realidad de las calles. “Son historias que nos asustan y nos impulsan a continuar: mamas con recién nacidos, drogadictos que alguna vez estuvieron firmes en Dios, personas que han perdido su dignidad, su fe, su esperanza. Sin embargo, la acción del Señor es tremenda y muchos aceptan a Jesús y son transformados”, garantiza la colaboradora. “Hace poco un joven evangelizado en nuestra acción nos entregó un cuchillo con el que pensaba cometer un robo. Nuestros corazones están reconfortados, pero conscientes de que debemos hacer más para el honor y la gloria del Señor”. El proyecto atiende de 80 a 120 personas por semana, entre niños, jóvenes, adultos y ancianos. “Los alimentos físicos y los materiales entregados son importantes, pero la transformación y salvación de las almas en Cristo Jesús es nuestra meta”, enfatiza Solange.
El Ministerio de las Personas Mayores, en la sede de la IIGD en Natal, también realiza acciones sociales en residencias de ancianos de la capital de Rio Grande do Norte. En julio, un grupo de voluntarios comenzó a visitar la casa de reposo llamada Anjos do Lar. En la ocasión se donó ropa de abrigo, mantas y pañales geriátricos a las 40 personas que viven allí. “El trabajo de Personas Mayores es maravilloso para los voluntarios y los asistidos. La acción produjo innumerables frutos. Creamos una dinámica y ofrecimos refrigerios. Dios superó nuestras expectativas, ya que hubo oración, sanidad, liberación y salvación. Algunos ancianos aceptaron a Jesús como su Salvador”, dice Maria Emília da Conceição de Lima Alves, que coordina el trabajo con la psicóloga Maria Rosangela dos Anjos Moraes. “Cada semana vamos al Hogar a predicar la Palabra. Incluso tenemos programado un bautismo para octubre”, dice emocionada Maria Emília.
Según el pastor Elder Cavalcante, líder estatal del IIGD en Rio Grande do Norte, los actos realizados por la Iglesia cumplen el Id de Jesús. “Son la oportunidad de extenderle la mano a quienes están en apuros. Hemos visto una gran diferencia en las vidas de los beneficiarios y de los voluntarios. Es gratificante contribuir al Reino de Dios”, señala el pastor, destacando el poder restaurador del Evangelio. “Podemos ver los frutos cada semana. Hay personas que asisten a la Iglesia, se establecen en la Palabra, se convierten y se transforman, como Ewton”, garantiza el pastor. Según Elder, en la IIGD de Natal tiene planes de ampliar el área de acción social. “Empezamos con un comedor social, trabajamos en residencias de ancianos, hemos estado en cárceles y ahora pretendemos entrar en una clínica de recuperación para repartir ejemplares de la Biblia y difundir la Palabra”, explica el pastor y destaca la necesidad de voluntarios para la obra. “Mucha gente necesita ayuda. Por eso, estamos orando para encontrar a la persona adecuada que nos ayude. Ruego al Señor de la mies que envíe trabajadores a esta obra de amor, y Él los ha enviado”, asegura el líder de la IIGD en Natal. Lea más.