“Dios reescribió nuestra historia”
“Nunca más tuve que pedir dinero prestado”
COMPATILHE
EL CAMINO A LA VICTORIA
Dios usa el llamado del patrocinador para bendecir a miles de personas
Carlos Fernandes
Creado por el Dr. Soares, el llamado para ser patrocinador es un instrumento para bendecir miles de vidas que, con él, oran y financian la obra de Dios en todo el mundo. Convocadas por el Señor, estas personas aceptaron el propósito de apoyar el ministerio que, desde hace más de 40 años, siembra el Evangelio, incluso en regiones donde la predicación de la Palabra está prohibida. En tales contextos, los alcanzados por el mensaje de Cristo son la recompensa para quienes destinan mensualmente parte de sus recursos a la expansión del Reino de los Cielos.
Mucho más que un compromiso, el apadrinamiento es una actitud de fe y gratitud. Por eso, quienes cumplen con este llamado permanecen firmes en él. Este es el caso de la comerciante Maria Gomes Batista da Silva, miembro y colaboradora de la Iglesia Internacional de la Gracia de Deus en Limoeiro (ciudad del Estado de Pernambuco, Brasil). Es patrocinadora desde hace más de diez años y su fe la ha ayudado a obtener bendiciones en muchas áreas. “Todo empezó en 2011, en el programa del Dr. Soares, cuando hablaba sobre el patrocinio en nombre de la familia”, recuerda. “En ese momento me acordé de mi hermano, que aún no había entregado su vida a Cristo”. Al año siguiente, tras sufrir un accidente, el joven decidió entregar su corazón a Jesús. “Hoy es colaborador de la Iglesia de la Gracia, para honra y gloria de nuestro Dios”.
Maria ha sido muy bendecida. En 2013 apareció una enfermedad: un espolón en el talón. Además de provocar un dolor intenso, este trastorno puede comprometer la locomoción. “Fui al médico y me recomendó una cirugía”, cuenta. “Decidí que no tenía que pasar por esto y fui sanada”. En 2014, Maria Gomes decidió patrocinar su vida profesional para montar su propio negocio en el sector de alimentación. Así nació la empresa “Sabor del maíz”, especializada en pequeñas comidas típicas de la región Nordeste, como el tamal y otros platillos. “Desde entonces mi negocio ha crecido bastante y he conseguido muchos clientes”, celebra.
Ahora, lo que motiva a Maria es la conversión del resto de sus seres queridos. “Vale la pena ser un patrocinador y sé que Dios tiene más bendiciones para mí y mi familia”, concluye.
Desde que se enteró del patrocinio, en un servicio con el Pr. Jayme de Amorim, transmitido por nuestra televisión, la trabajadoras autónoma Raimunda Gomes, de Teresina (Estado de Piauí, Brasil), abrazó este compromiso. Ella sabe el privilegio que es responder a esta llamada divina: “Sentí un deseo ardiente de empezar a patrocinar la obra”. Entre sus objetivos de oración se encuentran el área financiera, la salud y la familia. “Dios me restauró y me suministró más allá de mis necesidades”, testifica. Raimunda sufría síndrome de pánico y depresión, pero en cuanto inició su propósito se sintió mejor. Aproximadamente un año después, quedó sana. “El patrocinio es maravilloso. A través de mi obediencia he logrado la felicidad, la paz y todo lo que necesito para estar bien”.
Acto de Fe
“En la Biblia vemos que no existe una única manera de ser bendecido”, observa el pastor Maiquel Marques, líder de la Iglesia de la Gracia del estado de Rio de Janeiro, Brasil. “Algunos fueron contemplados personalmente por el toque de Jesús; otros solo necesitaban una palabra”, enseña. Citando 2 Corintios, capítulo 9, el pastor menciona la ley de la siembra y la cosecha: “La Biblia enseña que es sembrando que cosechamos. El Señor es generoso al devolver a una persona lo que ha sembrado”. Maiquel enfatiza: El llamado de Dios a este ministerio se manifiesta de diferentes maneras. Muchas veces, cuando escuchas la Palabra: “Hay un momento en el que sientes una implicación personal, específica. El patrocinio es un acto de fe; una ofrenda considerable que resultará en bendiciones”.
Después de años de trabajar como obrera y asistente de producción, Maria José da Silva decidió patrocinar en favor de su jubilación: “Escuché al Dr. Soares decir que los patrocinadores reciben una bendición del Señor”. Ella creyó en esta palabra a pesar de las circunstancias. Como estuvo desempleada por un tiempo, el tiempo de cotización de su trabajo resultó perjudicado. Sin embargo, como ella misma cuenta, “hice mi solicitud y la otra semana recibí una llamada del banco informándome del primer pago de mi jubilación”. Siguiendo los caminos de Dios desde 2008, Maria José buscó siempre ser fiel al Señor, a pesar de las dificultades. Hoy asiste al templo de la Iglesia de la Gracia de Afogados, en Recife (Pernambuco, Brasil), con su familia, que también ha sido bendecida.
Con la misma esperanza que los que alcanzan sus metas a través del apadrinamiento, Maria de Fátima Sena da Silva lo sabe: la determinación en el Nombre del Señor sucede. En su caso, su petición a Dios es tener casa propia. Recién mudada a Natal (Rio Grande del Norte, Brasil), ella abrigaba este deseo desde que vivía en Pernambuco. Fátima es miembro de la Iglesia de la Gracia desde hace 22 años y ha enfrentado innumerables situaciones difíciles a través de la fe. “Todo mal se deshizo porque Jesús nos dio autoridad sobre el mal”. Ahora, firme en las promesas de Dios, apadrina su sueño y persevera en su objetivo: “¡Ya he tomado posesión de la bendición!”, concluye.
Si desea saber más sobre el Patrocinador, visite: entra en el enlace: https://patrocinadores.ongrace.com/site/ministeriopatrocinador