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Misiones Globo – Nicaragua
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«SOMOS 100% JESÚS»
Jorge Wellker cambió después de escuchar la Palabra y hoy es levita en la sede del IIGD en Fortaleza
Viviane Castanheira
Jorge Wellker Pereira Lima, de 38 años, soñaba desde pequeño con tener éxito en la música. “Cuando era pequeño me gustaba tocar instrumentos musicales. Así, creció en mi corazón el deseo de vivir de la música. Soñé con ser famoso”. Cuando era adolescente, Jorge invirtió en este proyecto. “Me independicé temprano de mis padres. Con 16 años, ya estaba en el camino de recorrer el mundo en busca de ese ideal”, relata.
Jorge vivió momentos de alegría como cantante de una banda de forró. En ese ambiente, en 2008, conoció a Maria Iranilce Barbosa, de 39 años, quien se convirtió en su esposa. Ella era una de las bailarinas del grupo. A diferencia de Jorge, ella no deseaba la fama, pero era feliz con la vida que llevaba. La pareja vivía bien, sin embargo ambos frecuentaban lugares con un clima duro.
En 2011, Jorge fue invitado por un amigo a visitar la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios en Fortaleza (Estado de Ceará – Brasil). Allí, el músico escuchó un conmovedor discurso: “El pastor comenzó a enseñar la Palabra y me llegó al corazón. Al mismo tiempo quería esa vida”, se emociona. “Las cosas sucedieron muy rápido. En una semana acepté a Jesús y en un mes fui bautizado”.
Después de haber transformado su mente, Jorge dejó la banda y comenzó a orar por la conversión de su esposa. “Cuando Jorge se convirtió, yo seguí en ese mundo, pero él oraba por mí todos los días”, cuenta María. Jorge recuerda bien los desafíos que enfrentó. “Fue difícil, porque, mientras yo quería ir a la Iglesia, ella quería ir a fiestas y decía que no iría a la reunión a la fuerza, sólo el día que Dios le tocara el corazón”, recuerda quien, además de usar la fe, tuvo que esperar a que el Señor alcanzara a su esposa. “No dejé de orar. Entonces un día decidió acompañarme”.
Después de las primeras visitas, Maria fue tocada por la Palabra. “Fue mi mejor elección”, destaca la exbailarina. Con la conversión de la esposa, la pareja legalizó la unión con la bendición de Dios y de la Iglesia. “Mantuvimos la santidad hasta el día de la ceremonia. Nos casamos y Jesús empezó a bendecir nuestras vidas”, cuenta Jorge, quien se convirtió en pastor y ministro de adoración en la IIGD en Fortaleza.
Luego de su conversión, el matrimonio cree que la mayor bendición que recibieron fueron sus hijos, Lía, de ocho años, y Gael, de cuatro meses. “Son un regalo del Señor. Fuimos bendecidos dos veces”, celebra Jorge. “Fui acogido por la Iglesia de Gracia. Estábamos en el fondo y ahora servimos a Dios. Somos 100% de Jesús”, asegura el pastor.