Test – Diciembre – 2023
Misiones Globo – Namíbia
COMPATILHE
UNA OBRA PARA PINTAR
Emília vivió el abismo de la depresión, pero ahora hace planes de vida y de paz con Jesús
Carlos Fernandes
Con solo 23 años, la estudiante Emília Filinto de Oliveira tiene una intensa historia de vida. Decepciones, luchas y depresiones marcaron su camino, que incluye también la fe, la liberación y el renacimiento en Cristo. Residente en Santa Iria, cerca de Lisboa, la capital portuguesa, ha pasado por todo y es capaz de sonreír, mirar hacia adelante y hacer planes con el Señor.
“Desde que tengo memoria, siempre he sido miembro de la Iglesia de la Gracia”, cuenta la chica. “Sin embargo, nunca tuve un encuentro con Jesús porque no lo tomé en serio”. Cuando llegó la juventud, los vínculos espirituales de Emília se debilitaron aún más: “Dejé de asistir a las reuniones de fe unos tres años atrás”. En ese momento, además de que el mundo atravesaba el apogeo de la pandemia del nuevo coronavirus, Emília acababa de comenzar la universidad, su sueño desde la infancia. “Al poco tiempo empecé a sentir que lo odiaba todo”, admite. A esto se sumaba la soledad, ya que la familia salía a trabajar. Así, la depresión de la joven empeoró. “No tenía amigos, apenas si veía a mis seres queridos, y mi sueño quedó destruido”.
Aunque nunca pensó que Dios la había abandonado, Emília creía que era indigna de su amor y no tenía nada que aportar a la Iglesia ni a la sociedad. “Era difícil tener la motivación para cuidarme, porque simplemente no me amaba”, admite. Las prácticas más básicas, como bañarse, cepillarse los dientes y comer, se convirtieron en una carga emocional para la joven: “Solo hacía lo mínimo necesario para que los demás no se dieran cuenta de lo que me pasaba. Si me resistí a la idea del suicidio fue por mi familia”. Sin embargo, la posibilidad de quitarse la vida, como ella misma dice: “era un monstruo que iba creciendo con el tiempo”.
Emília buscó ayuda profesional, pero sus padres no pudieron seguir cubriendo los costos del tratamiento. “Era bueno tener con quién hablar, pero les mentí diciendo que estaba mejor”, observa. Cuando Emília ya no podía ver más una salida, Dios la salvó. El proceso incluyó, por supuesto, regresar a la Iglesia del Señor. “Participé en un evento de evangelización, realizado por jóvenes en una famosa playa de Portugal, con mucha música y actividades. Me pusieron en la campaña de oración de ese día, dos meses antes de que ocurriera el evento. Durante ese tiempo, Dios me trató profundamente. Entonces supe que Él iba a hacer algo grande. La sanidad fue instantánea, en la última canción alegre, pero solo me di cuenta de que estaba liberada de la depresión después de una semana”.
Emília es consciente de que Dios nunca dejó de llamarla a Su lado. “Finalmente cedí y tuve un encuentro real con Jesús. Una fuerza diferente surgió en mí para aferrarme a la felicidad y no dejarla ir. Puedo sonreír sin ningún peso”, se alegra. Hoy, la joven que un día casi renuncia a la vida tiene sueños y proyectos: “Cuando pensaba en mi futuro, me venía una imagen negra, como si no hubiera nada. Ahora, cuando pienso en ello, me viene la imagen de una pantalla en blanco, como un cuadro para pintar”. Por esta razón, pretende ser artista de Concept Art. ¡Con Cristo, no hay duda de que su vida será una hermosa inspiración!