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PANTANEIROS EN FIESTA
Expedición Pantanal supera obstáculos para llevar alegría y salvación en Jesús
Viviane Castanheira
Imagínese despertarse por la mañana y ver un grupo de personas organizadas y entusiasmadas, dispuestas a hacer todo lo posible para que su día sea inolvidable. Fue esta experiencia la que vivió la población del Pantanal con ocasión de la 5ª edición de la Expedición al Pantanal, realizada por la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios (IIGD) en Corumbá, en el estado de Mato Grosso do Sul, Brasil.
El Pantanal es considerado la llanura aluvial más grande del mundo, ya que cubre alrededor de 250 mil kilómetros cuadrados entre Brasil, Bolivia y Paraguay. De esa extensión, cerca de 140 mil kilómetros cuadrados se encuentran en tierras brasileñas: en el sur del estado de Mato Grosso y en el noroeste de Mato Grosso do Sul. La población del Pantanal, compuesta por comunidades indígenas, quilombolas, paraguayos y bolivianos, vive aislada y enfrenta incendios recurrentes en la región. Ante estos desafíos, la IIGD llevó a cabo, en octubre, una nueva acción del proyecto Expedición Pantanal en la Colonia São Domingos, región de Paiaguás, distrito Corumbaense.
El proyecto es coordinado por la pareja Evanilcy Amorim Mourão, de 37 años, y Clayton Marcos Mourão, de 42, y comenzó en 2019. “Dios nos dio este ministerio y, desde entonces, hemos hecho todo lo posible, e incluso lo que no parece posible, para llevar la Palabra al Pantanal y cumplir el Id de Jesús”, afirma Evanilcy, quien considera que esta edición fue de muchas luchas y, por eso mismo, de muchas victorias también. “La Expedición al Pantanal de este año fue especial”, relata, ya que enfrentó desafíos antes de llegar al lugar. “Tuvimos pocas donaciones, pero Dios multiplicó y pudimos comprar juguetes y dulces para los niños y suministros para el equipo conformado por 15 voluntarios de la Iglesia. Cada cantidad que invertimos no se acerca ni siquiera a la recompensa de tener vidas entregadas a Jesús”, celebra Evanilcy.
El grupo enfrentó muchos desafíos. El día previsto para ir hacia allí tuvieron problemas con sus automóviles y el viaje previsto para las 9 de la mañana recién comenzó por la tarde. “En el camino, el neumático de uno de los coches se pinchó y el motor empezó a calentarse. Llegamos al primer lugar previsto casi a las tres de la madrugada. Si fuimos fue por Dios realmente”, dice Evanilcy.
Sin considerar las dificultades para desplazarse ni el mal tiempo que provocó fuertes lluvias en la región, los voluntarios mantuvieron el cronograma y visitaron casi 30 comunidades. “¡Lo más destacado fueron las acciones de Dios! Cuando vi el movimiento del Espíritu Santo entre nosotros, entendí por qué habíamos enfrentado tantos obstáculos. Me conmovió todo lo que Dios hizo. Vimos sanidad, liberación, bautismo en el Espíritu Santo y personas confesándose a Jesús. Todas las ediciones fueron bendecidas, pero la de este año fue muy especial”, cuenta Evanilcy, quien realizó actividades con niños y preadolescentes junto al equipo de voluntarios y distribuyó kits que contenían la revista evangelica kids, juguetes y dulces.
Esfuerzo recompensado
La estudiante universitaria Patrícia Carvalho Machado, de 24 años, es una de las voluntarias del proyecto desde 2020. Este año, la joven fue responsable de hacer el registro fotográfico y de video. “Es gratificante ver que los habitantes del Pantanal están cada vez más involucrados en el trabajo que se realiza. Vi conversiones, sanidad y acciones de fe de esas personas, y eso nos hace notar que nuestros esfuerzos no fueron en vano”, asegura la estudiante, oriunda del Pantanal. “Crecí en ese lugar, mi familia vivía allí. Hasta el día de hoy tengo familiares que viven allí. Entonces, regresar con la Palabra de salvación es maravilloso. Lo que Dios ha hecho a través de este ministerio es sobrenatural”.
Patrícia también destaca que la experiencia trajo madurez a la vida espiritual de los voluntarios de todas las ediciones. “Enriqueció mucho a mi ministerio. Cada vez que voy es como si fuera la primera vez, porque Dios hace cosas nuevas, vemos a Jesús actuar en la vida de las personas. El Evangelio ha crecido en la región. Es una experiencia única, donde, en el Nombre de Jesús, quiero estar siempre”, asegura.
Ornelha Pessoa, ama de casa de 51 años, del Sítio Sacramento, escuchó acerca de Cristo y se entregó a Él. Tenía dolores de espalda desde hacía más de tres meses y tenía dificultades para realizar sus tareas diarias. Sin embargo, después de orar, notó la sanidad y, ante el milagro, se entregó a Jesús. “¡El Señor me ha sanado y salvado!” Ornelha no fue la única. Antônia Rosa Pessoa, de 39 años, también fue sanada y aceptó a Jesús, en Sacramento. El ama de casa no podía sujetar nada porque llevaba tres meses sintiendo mucho dolor en las manos y el brazo. “Es mucha felicidad. ¡Gracias por venir hasta aquí!”, celebra.
El segundo día de la Expedición, en la hacienda Porto Sagrado, el propietario, Marcio Roberto Fernandes Avellar, de 52 años, agradeció la visita de los hermanos de la Iglesia de la Gracia. El ganadero aceptó a Cristo en un servicio promovido por la Expedición en 2022. En otra finca de la región y, desde entonces, esperaba con ansias esta visita a su propiedad. “Vivo en el Pantanal desde hace 20 años y nunca un pastor había visitado mi propiedad para administrar la bendición del Señor y orar por nosotros. Desde el año pasado, cuando varias personas fueron sanadas y bendecidas, esperaba con ansias que vinieran aquí también. Estoy muy feliz y agradecida por todo. ¡Jesús está aquí!
Para el pastor Idelvan Anunciação, responsable de la Iglesia de la Gracia de Corumbá, la obra es sumamente importante porque a los pantaneros les resulta difícil llegar a la ciudad y, por lo tanto, no tienen fácil acceso a la Palabra. “Cumplir el Id de Jesús y llevar el Evangelio a poblaciones lejanas es fundamental. Algunos viajan hasta seis horas para llegar a la ciudad. Además, el agua a menudo sube e inunda todo, y no pueden salir durante meses”. El pastor relata que había mucha expectativa entre los habitantes de las comunidades del Pantanal visitadas por el equipo respecto a la presencia de la Iglesia en la localidad. “Ungimos cada propiedad y oramos en su Nombre. Vi a Dios trabajando en estos lugares. ¡La Palabra, cuando se enseña, toca las almas de allí! Vi gente que lloraba al recibir el poder del Evangelio”, cuanta el pastor, que reflexiona sobre las dificultades por las que pasó el equipo, comparándolas con los viajes que hicieron Jesús y sus discípulos. “No hay camino, hay senderos angostos, arena, barro, arbustos, calor. Vi lo difícil que era para Jesús y sus discípulos caminar de un pueblo a otro para llevar el Reino de Dios. La comodidad física no existe, pero pudimos sentir la presencia del Espíritu Santo en todo momento”, recuerda el pastor, quien destacó la eficiencia del equipo que trabajó en el proyecto. “Los hermanos que Jesús preparó para estar en esta Expedición hicieron una gran diferencia. ¡Alabo a Dios por la vida de todos! Al final, el Señor me dijo que podía regresar seguro de una cosa: la Expedición regresaría a Corumbá, pero el Espíritu Santo continuaría la obra en el corazón del pueblo del Pantanal”, se emociona.
Para saber más sobre la Expedición Pantanal visite: https://www.certezadavitoria.com.br/2022/06/reportagens/o-pantanal-e-de-jesus/