Martina Cantero vive en Quilmes, ciudad populosa del área metropolitana de Buenos Aires, la capital argentina. Desde allí, relata el milagro que recibió del Señor: “Cierta mañana, cuando me desperté no podía poner el pie derecho en el suelo, de tanto dolor que sentía en la rodilla”, recuerda. El dolor persistió por algunos días, y ella procuró un médico. Le recetaron medicinas, pero no surtieron efecto. Hasta que un traumatólogo solicitó un examen de resonancia magnética de la región afectada, que reveló un tumor en la rodilla. Sin embargo, Martina, que conocía el poder de Dios, no se conformó con ese diagnóstico. “Acompañando las prédicas del Dr. Soares en la página de Facebook en español, determiné mi sanidad.” Desde entonces, Martina no siente más dolor y camina normalmente. “¡Nuestro Dios es hermoso!”, dice, repitiendo una de las expresiones más usadas por el Dr. Soares.
COLOMBIA
La bendición de la fertilidad
Marielby, de 32 años, es una venezolana que vive en Colombia junto a su familia. Y es su mamá, Ana de Tarazona, quien relata la bendición que recibieron de las manos del Señor: “Marielby anhelaba ser mamá hacía mucho tiempo, pero tenía ovarios poliquísticos”. Esta enfermedad resulta de un disturbio hormonal que puede, en situaciones extremas, provocar infertilidad, como en este caso. “Ella estaba muy triste por eso”, continúa Ana. Sin embargo, todo cambiaría en 2022, cuando ella conoció el programa el Show de la Fe y empezó a seguirlo a través de las redes sociales. “En una de las reuniones de fe, el Dr. Soares hizo una oración para expulsar todo mal que hubiera en los ovarios y en el útero de las telespectadoras. Nos apropiamos de la posesión de esa bendición”, cuenta. Cinco semanas después, Marielby notó un pequeño sangrado y procuró al médico. El motivo fue un leve desprendimiento de placenta —señal inequívoca de embarazo. “A pesar de eso, el bebé fue creciendo de forma saludable y nació en junio de este año”, cuenta la abuela, orgullosa. “Él ya fue presentado al Señor Jesús, y estamos muy felices”, concluye.
PERÚ
En el camino de Cristo
Con tan solo 15 años, la peruana Kimberly estaba, según sus propias palabras, “perdida”. “Me envolví con la prostitución y alcohol. Iba de fiesta en fiesta, de baile en baile”, revela. “No tenía vida.” Sentimientos de autodesprecio anegaban su mente. “Creía que nadie gustaba de mí”. Ella revela que llegó a ser detenida, por usar drogas, y a pasar necesidades. En ese contexto, las ideaciones suicidas comenzaron —“Era como si oyera al demonio diciéndome que me mate”, reconoce. Cierta vez, Kimberly tomó más de 30 comprimidos de un ansiolítico y entró en coma. “Los médicos le dijeron a mi mamá que yo no sobreviviría, pero al final reaccioné”, recuerda. Por aquel entonces, su hermana empezó a invitarla para ir a la Iglesia de la Gracia, pero ella se resistía. “Hasta que, cierto día, fui a la reunión de fe y encontré a Jesús.” Una verdadera transformación ocurrió. Desde que se entregó a Cristo, Kimberly se ha sentido tranquila, alegre y en paz: “Hoy, no hago más cosas malas ni bebo. El mundo no tiene nada de bueno; es mucho mejor estar con Cristo, en Sus caminos.”
SUDÁFRICA
“¡Gracias, Señor!”
Una de las naciones en las que el Señor ha actuado con gran poder es África del Sur. Allí, la Iglesia de la Gracia ha sido instrumento de Dios para alcanzar miles de vidas. Una de esas personas bendecidas es Diane, que sufría de artritis en las manos. “Yo no podía mover los dedos”, cuenta. En una de las reuniones de fe, recibió oraciones por su condición y, al final de la reunión, ya era capaz de mover los dedos normalmente, algo que antes era imposible debido a los fuertes dolores. “Recibí una palabra de sanidad. ¡Gracias, Señor!”
INDIA
Deuda saldada
“Empecé a seguir este hermoso trabajo de fe desde hace un tiempo”, cuenta Rithika Rajpal, oriunda de India, haciendo referencia a los programas y contenidos transmitidos por la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios a través de las redes sociales. Recientemente, presenció el poder del Señor de manera clara. “Tuve un problema financiero que creció muy rápido, por lo que me asusté”, afirma. “Presenté esa situación a los hermanos de la página del Dr. Soares y pedí que orasen para que Dios me mostrase cómo salir de esa deuda.” Días después, continúa Rithika, una persona, tocada por el Señor, la ayudó. “Ella me donó un alto valor, suficiente para saldar mis compromisos. Agradezco mucho al Padre celestial por esa respuesta.”
AZERBAIYÁN
Alcanzada por el Señor
A pesar de las recientes aperturas política y económica, tras el largo período de dominación soviética, Azerbaiyán, en la región del Cáucaso, todavía es una nación con restricciones religiosas. El islamismo es la creencia mayoritaria, y existen grupos radicales que amenazan a los cristianos locales —por eso, Nurlana no revela su apellido ni su imagen. Esa cautela no le impide, sin embargo, prestar testimonio de lo que el Señor ha hecho en su vida. “Alabo a Dios por la existencia del ministerio de la Iglesia de la Gracia”, dice. Fue por medio del Show de la Fe en turco que ella conoció el Evangelio. “Me arrepentí de mis pecados y reconocí a Jesús como mi único y suficiente Salvador.” Nurlana es grata a aquellos que fueron usados por Dios para llevarla a los pies de Cristo: “Que el Eterno los bendiga abundantemente.”
RUMANIA
Saltos de alegria
Desde la inauguración del templo de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios en Bucarest, capital de Rumania, miles de personas han sido alcanzadas por el Señor en este país del Este Europeo. Una de ellas es Covaci Ioan. Llegó a la casa del Señor sintiendo fuertes dolores en todo el cuerpo, por lo que su locomoción era limitada. “Yo no podía moverme bien, algo que nunca me había pasado antes. Me sentía paralizado por los dolores”, contó. “Tenía de apoyarme en las paredes para andar, y así fue como llegué hasta aquí.” Sin embargo, después de la oración de fe, Dios hizo un milagro —Ioan subió al altar y no solo hizo los movimientos que antes le faltaban, sino que también dio saltos. “Estoy feliz y agradecido”, dijo, sin contener las lágrimas.
ESPAÑA
Una criatura nueva
La Biblia dice que aquel que está en Cristo es una criatura nueva; las cosas viejas quedan atrás y el Señor lo vuelve todo nuevo. Esa fue la experiencia del español Juan Antonio Sánchez, que vive en la ciudad de León, en el norte del país europeo. Relata que anhelaba cambios en su vida, debido a problemas personales. “Cierto día, navegando en las redes sociales, encontré la transmisión de un culto de la Iglesia de la Gracia”, recuerda. “Las palabras que oí me trajeron paz y alegraron mi corazón”. Interesado en saber más del Evangelio que le fuera anunciado, Juan enfrentó los 350 km de distancia entre su ciudad y la capital, Madrid, donde buscó el lugar de reuniones de la Iglesia de la Gracia y se inscribió en el curso para el bautizo. “Allí, tuve la certeza de que quería entregar mi vida a Cristo.” Semanas después, bajó a las aguas, en una localidad llamada Pantano de San Juan —experiencia semejante a la del propio Señor Jesús, cuando fue bautizado por Juan Bautista, en el río Jordán. Juan Antonio se levantó de allí transformado: “Siempre que puedo, estoy presente en las reuniones de fe, que sigo por Internet”. Sobre cómo será su vida, de aquí en delante, él no tiene dudas: “Mi deseo, ahora, es solamente adorar al Dios vivo.”