Palabra de vida
Una princesa del Señor
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“DIOS NOS HA TRANSFORMADO”
Nayra y Vítor conocieron a Jesús y descubrieron la verdadera felicidad
Viviane Castanheira
La empresaria, Nayra Cristiany Alves Braga, de 31 años, y el autónomo, Vítor Pereira Delgado, de 37, vivieron dolorosos momentos al inicio de su unión. Sin experiencia, se enfrentaron a la angustia, el miedo y la incertidumbre. Finalmente, se produjo la separación.
Decidieron vivir juntos después de descubrir que estaba embarazada de su primer hijo. “Cuando nació el niño, no teníamos dónde quedarnos, así que nos fuimos a vivir con mi suegra. Yo solo tenía 19 años y él era inmaduro”, dice Nayra, quien estaba sufriendo los impactos de los cambios. Para colmo, Vítor se alejó de ella. Mientras Nayra se dedicaba al bebé, él dedicaba tiempo al trabajo, a los amigos y al alcohol. “A Vítor le faltaba conciencia de lo que era ser un hombre casado y padre”, explica la empresaria. Así que decidió irse de la casa.
Asustado por la decisión de su compañera, el autónomo buscó ayuda en la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios. “Empezó a orar por nosotros”, dice Nayra, quien antes de iniciar su vida de casada asistía a una iglesia evangélica. Las intercesiones funcionaron. “Ya no quería estar con él, pero el Señor tocó mi corazón. Así que le declaré a Dios que quería recuperar mi relación”.
Los dos optaron por intentarlo de nuevo, pero con la ayuda divina. “Decidimos caminar juntos en la presencia del Padre. El Señor comenzó a quitarnos lo que nos alejaba de Él”, dice Nayra.
El hábito de la escucha de la Palabra cambió la dinámica de la pareja. La Biblia dice: Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres (Juan 8:32). Y sucedió “Hice un voto de no beber más”, recuerda Vítor. Más tarde, quiso oficializar su relación. “Nos casamos y recibimos bendiciones divinas”, celebra el esposo de Nayra.
Desde entonces, los dos han vivido en armonía, además de haber conquistado la casa de sus sueños, un automóvil y estabilidad financiera. “Dios nos ha transformado”, enfatiza Vítor.
Nayra agrega: “Tenemos dos hermosos hijos, y estamos firmes con el Señor. Mi esposo participa en el ministerio Hombres Que Vencen y yo también trabajo en la obra de Dios. Gracias al Señor, ganamos una nueva vida”, concluye.