El Misionero de la Solidaridad
En el momento oportuno
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AFGANISTÁN
Pagando el precio de la fe
Siguiendo la página de Facebook del Dr. Soares, el afegano Mustafa conoció a Jesús y decidió seguir el Evangelio. Sin embargo, en el contexto en el que vive, esto está prohibido. “Tuve que dejar el país, ahora dominado por los talibanes”. Se refiere al grupo extremista de orientación islámica que dominó la nación asiática durante varios años, hasta que fue destituido del poder. No obstante, el año pasado, con la retirada definitiva de las tropas estadounidenses de ese territorio, los radicales volvieron al poder imponiendo una ley a la población basada en interpretaciones radicales del Corán, el libro sagrado del islam. “Pero no me arrepiento”, garantiza Mustafa. “Les agradezco el hermoso contenido compartido y les pido que oren por mí y para que esta obra evangelizadora crezca aún más”.
INDIA
Sanidad en minutos
Las redes sociales, programas y lives de la Iglesia de la Gracia han llevado fe, consuelo y sanidad a los cuatro rincones del mundo. Así que cuando la esposa de Aditya Tripathi sintió un dolor intenso en el cuerpo, le escribió al equipo del Dr. Soares. “Pedí que, en el Nombre de Jesús, ella fuera restaurada”, dice Aditya. Unos minutos después, el equipo del Dr. Soares recibió un nuevo contacto desde India; fue Aditya, informando que su esposa se sentía mucho mejor: “Dios usó esta live para sanarla. ¡Gracias!»
PAKISTÁN
Empoderado por Cristo
Un brote de dengue ha afectado la región donde vive el paquistaní Salem. “Todo el tiempo, alguien se enfermaba. También contraje la enfermedad”, revela. Su caso era bastante complicado. En cuestión de días, Salem ya experimentaba un dolor intenso al caminar y no comía adecuadamente. “Me sentía muy débil”, observa. “Mi esposa me llevó al hospital y me medicaron, pero no mejoré”. Conociendo el trabajo de la IIGD en internet, el hermano de Salem fue a visitarlo. “Me dijo que Jesucristo podía hacer todas las cosas y le escribió al Dr. Soares pidiéndole que intercediera por mí”, dice el pakistaní. En respuesta, Salem recibió palabras de bendición y oraciones: “Después de unos días, mejoré y volví a comer y a caminar con normalidad. ¡Dios actuó en mi vida!”
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