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“YA ERA HORA DE BUSCAR AL DOCTOR DE LOS DOCTORES”
Tras un accidente, Eucares Mendes encontró en Jesús la solución a sus problemas
Viviane Castanheira
El 10 de febrero de 2022 jamás será olvidado por el ama de casa Eucares Mendes da Rocha, de 68 años. La fecha se volvió notable luego de que ella participara en una de las 7 reuniones de fe realizados por el Dr. Soares en Paraná.
Miembro de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios (IIGD) en Colombo (Piraquara, Brasil) desde hace 26 años, sufrió secuelas en la rodilla izquierda a causa de un accidente de bicicleta. A pesar de haberse sometido a varios tratamientos, Eucares sentía dolores frecuentes. “Quincenalmente, iba al médico para que me pusiera inyecciones en el sitio lesionado, pero no ayudaba del todo. Sentía alivio en el momento, pero, al día siguiente, la rodilla se me trababa y no podía doblarla”, recuerda quien caminaba con dificultad.
La falta de estimulo en los músculos de la rodilla provocó dolor en la cadera y acortamiento de la pierna izquierda de Eucares. “Caminaba con las puntas de los dedos”, dice ella, que no ocultó su miedo a tener que usar muletas para desplazarse. Exámenes posteriores indicaron la necesidad de una operación. “Sabía que la única forma de sanarme era poniéndome una prótesis”. Esta orientación del ortopedista provocó una reacción inesperada en Eucares. “Era más que hora de buscar al Doctor de doctores, y recordé que la ‘cirugía’ de Dios es perfecta y me sanaría”, dice. A pesar de que había pertenecido al IIGD durante 22 años, todavía tenía reservas sobre cómo determinar la salida del mal. “Estaba avergonzada de no haber reclamado todavía mi milagro. Seguía sintiendo dolor por eso”, lamenta.
Semanas después del dictamen médico, Eucares participó de la reunión especial, realizada por el Dr. Soares en la iglesia donde se congrega, y obtuvo la bendición. En la ocasión, el líder de la IIGD declaró: “Estoy aquí para orar por tu sanidad y la restauración de tu pacto con Dios. Cree que Él está aquí y te dará la victoria”. Eucares venció la timidez y se dirigió al altar para recibir la oración. “Estaba un poco avergonzada porque todos en la Iglesia me conocían, pero no dejé que eso me detuviera. Hice la vuelta de la victoria, canté, bailé, salté y no me dolió la rodilla. Me sané”, celebra. Desde ese día, el ama de casa camina con normalidad y realiza las actividades del hogar sin molestias. “Antes no hacía casi nada, pero hoy hago de todo”. Además de no sentir más dolor, la pierna izquierda de Eucares ha vuelto al mismo tamaño que la derecha. “Jesús es maravilloso. Vale la pena servir a un Dios que trabaja a favor de aquellos que lo siguen. Sólo puedo agradecerle por la venida del Dr. Soares a mi ciudad. Cuando doblo la rodilla, le digo al Señor: ¡Muchas gracias!”, testifica.