“Ya era hora de buscar al Doctor de los doctores”
Acción divina
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LA IMPORTANCIA DE LA LUZ
¿Qué habría sido de la humanidad si Dios no hubiera creado la luz? ¿Cómo viviríamos sin el sol y las demás estrellas que iluminan el Universo? La velocidad de la luz es aterradora. En un segundo parte de un punto a otro, a casi 300 mil kilómetros de distancia. Ella no existía, pero en el principio el Padre la creó, diciendo: Dijo Dios: «Sea la luz.» Y fue la luz. Vio Dios que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó a la luz «día», y a las tinieblas llamó «noche». Y fue la tarde y la mañana del primer día (Génesis 13-5).
EL VERDADERO MENSAJE: Éste es el mensaje que hemos oído de él y os anunciamos: Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él (1 Juan 1:5). Nada está oculto al Altísimo. Siendo Él la luz verdadera, todo está desnudo y visible a Sus ojos (Hebreos 4:12,13). Lo contrario es cierto cuando hablamos del diablo: él es oscuridad en todos los sentidos. En él no hay brillo, pero en el Señor está toda la plenitud del amor, la misericordia, el perdón y la salvación. ¡Las personas que reciben el perdón de los pecados, así como todos los atributos divinos, comprenden cuán preciosa es la luz!
LA LUZ ESTÁ CON NOSOTROS: Entonces Jesús les dijo: —Aún por un poco de tiempo la luz está entre vosotros; andad entretanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas, porque el que anda en tinieblas no sabe a dónde va (Juan 12:35). Este es un tiempo para demostrar lo bueno que es tener al Señor y caminar con Él. Quien tiene la luz eterna –la razón de la vida– siempre será bendecido. Si caminamos en Él, las tinieblas nunca nos alcanzarán, porque sabemos a dónde vamos. Los perdidos no ponen su esperanza en nada, pues ni siquiera conocen su destino después de la muerte. Por lo tanto, necesitamos pedirle a Dios sabiduría para hacerles conocer la Verdad, que los salvará.
CREED EN LA LUZ: Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz (Juan 12:36). Los que creen en el Evangelio son guiados por la Luz de la Vida, el Señor Jesús. Sin embargo, quien no cree en el Salvador no es hijo de la Luz. No es suficiente decir que creemos en Dios. Debemos creer en la Luz en cualquier situación desafiante. ¡Cristo es también el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14:6)!
LA LUZ DEL MUNDO: Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas (Juan 12:46). Este es el propósito de que Jesús haya venido al mundo: sacarnos de las tinieblas que golpearon a la raza humana con la caída de Adán. La revelación de este versículo hace que todo sea más fácil. Si creemos en el Señor, el mal no nos envolverá. ¡Que tu vida honre el sacrificio de Cristo hecho en el Calvario! ÉL Dejó el Reino de la luz para salvarnos, transportándonos a Su Reino de amor y felicidad plena.
NUESTRA MISIÓN: Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9). Nuestro mayor propósito es anunciar las virtudes de Cristo, el Operador de la salvación, la obra que nos sacó del reino del mal. Ninguna persona salva puede tener sentimientos de indignidad; después de todo, al morir por nosotros, Jesús demostró nuestro valor ante Dios. Somos linaje escogido, sacerdocio real, nación santa y pueblo adquirido para proclamar las virtudes del Señor, que nos ha llamado a su luz bendita y admirable. ¡Asúmase como tal!
CONDICIÓN PARA SER PUROS: Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado (1Juan 1:7). La luz es la revelación de lo que las Escrituras dicen acerca de nosotros, al darnos el don del arrepentimiento para salir de la muerte, la naturaleza de Satanás, y ser transportados al Reino de Cristo nuestro Señor. Nunca dejes que el diablo te engañe. Libérese de sus trampas, invocando el Nombre del Señor y creyendo en Quien es la verdadera y eterna Luz del mundo. ¡En Jesús, brillará más y más!
EL RESPLADECIÓ: porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciera la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo (2 Corintios 4:6). ¡Qué fantástica declaración sobre lo que sucedió a nuestro favor cuando comprendimos la necesidad de aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador! Cristo ha resplandecido en nuestro espíritu, y si no lo negamos, Él nunca nos negará, sino que con alegría dirá que somos parte de Su Cuerpo. No hay forma de que el diablo pueda vencernos y llevarnos de vuelta a su cautiverio. ¡Somos liberados para siempre! ¡Esto debería electrizar su corazón con amor divino, que nunca se apagará!
NUESTRO VESTIMENTA: La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de la luz (Romanos 13:12). Usted solo necesita hacer dos cosas para salir victorioso sobre todos los actos impuros que dominan a los que aún no se han convertido: rechazar las obras de las tinieblas y vestirse de las armas de la luz. Recuerde: la noche ha pasado y el día de la salvación ha llegado. ¡Viva su momento de liberación ahora!
SOMOS JUSTICIA Y LUZ: No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión, la luz con las tinieblas?(2 Corintios 6:14). Cuidado con la persona que pida su mano en matrimonio. Si no comparte la fe en Cristo, no conoceréis la felicidad de un hogar donde reina Jesús. Nunca ha habido ni habrá comunión entre los que tienen la verdadera Luz y los que no sienten la menor necesidad de arrepentirse y aceptar al Salvador. Somos personas especiales para el Señor, por eso no podemos hacer una sociedad con la injusticia. ¡Mire, ore y escuche lo que Dios enseña!
En Cristo, con amor,
Dr. Soares