Más allegados que hermanos
“Jesús nos dio la victoria”
COMPARTILHE
CAMINANDO CON CRISTO
Tras un diagnóstico de parálisis, debido a un accidente en el parto, la pequeña Thaynazia lleva una vida normal, gracias a la fe activa de su abuela.
Carlos Fernandes
La vida de la pequeña Maria Thaynazia Vitória Braga Matos se puede definir en una palabra: milagro; solo gracias a la intervención divina, la niña, que ahora tiene 11 años, se volvió saludable. Thaynazia vino al mundo con una dura sentencia: no caminar. Esto se debe a que, por complicaciones en el parto, la niña se quedó sin oxígeno. Sin embargo, el Señor revirtió este sombrío diagnóstico, como dice su abuela, la vigilante Maria Inácia da Silva Santos: “El médico nos dijo que ella es un milagro, de verdad, porque se suponía que estaría vegetando en la cama”.
El drama comenzó cuando Ana Cristina Braga Matos, quien está casada con Lucas, el hijo de Inácia, tuvo presión arterial alta al final de su embarazo. Al principio,los médicos intentaron realizar un parto normal. Sin embargo, como el líquido amniótico había sido expulsado, se realizó una cesárea apresurada. “Primero, dijeron que no podían salvar al bebé. Luego, que los salvarían a los dos”, recuerda la vigilante. Sin embargo, el útero de Ana Cristina terminó perforado y la niña, que nació con dolor, tuvo que ser intubada, porque no podía respirar de forma espontánea. “Tuvo convulsiones y tomó medicamentos fuertes hasta que fue dada de alta”.
Con el paso del tiempo, la familia notó anomalías en el desarrollo de la niña. Thaynazia no caminaba y tenía dificultades para mover un lado de su cuerpo. Hasta que llegó el diagnóstico de parálisis cerebral. “Siempre expresé a Dios de que no aceptaría ver que mi hija no caminara o que fuera operada de nuevo, porque creía que el Señor puede hacerlo todo”, subraya la abuela, que es miembro de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios (IIGD) en Itaguaí, región metropolitana de Río de Janeiro. “Empecé a hacer propósitos de oración y me enteré de que el Dr. Soares estaría en la Iglesia”. Inácia invitó a su nuera y llevó a su nieta a recibir la oración de sanidad.
En esa ocasión recibieron el aceite ungido y comenzaron a aplicarlo en las piernitas de Thaynazia, confiados en que el Señor obraría el milagro. “El día de mi cumpleaños, se despertó caminando, de la nada”, afirma Inácia. A finales de ese mismo año, 2016, la abuela participó del Proyecto Vida —campaña que se realiza en todos los templos de la IIGD en diciembre, en la que se presentan a Dios los propósitos para el año siguiente— pidiendo la sanidad completa de la niña. “Hoy camina, estudia y es muy inteligente, por la gracia del Señor”, se regocija la orgullosa abuela.