“No fuimos creados para sentir dolor”
“Todos los días, agradezco a Dios por todo”
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CORAZÓN DE MAMÁ
Víctima de una enfermedad cardíaca, el joven Rafael fue sanado por la intercesión persistente de Mirian
Carlos Fernandes
“El enemigo generalmente trata de tocar lo que es verdaderamente importante para nosotros”, dice la trabajadora por cuenta propia Mirian Alves da Rocha Rego, de 39 años. En este caso, el calvario llegó en forma de una enfermedad cardíaca que afectó a su hijo, Rafael, que ahora tiene 19 años. Le diagnosticaron comunicación interauricular (CIA), una deficiencia que provoca una abertura en el tabique que separa las cavidades del órgano. La enfermedad provoca una serie de problemas funcionales, como dificultad para respirar y debilidad; y, en casos extremos, puede provocar una dilatación exagerada del órgano, lo que podría ser fatal. Por eso Mirian se desesperó: “No tenía siquiera fuerzas para orar. Solo podía llorar”, recuerda.
A pesar de tener acceso a un equipo especializado, la mamá, que ya asistía a la Iglesia de la Gracia en Madureira, al norte de Río de Janeiro, entendió que el tema no podía ser tratado solo por la medicina. “Simplemente no lo acepté y fui a orar; hice propósitos y ayunos, siempre contando con el apoyo y la intercesión de los miembros de la Iglesia”. En esas ocasiones, cuenta, se sintió inundada por una nueva fuerza de voluntad y de fe. “Pasó la angustia, y estaba segura de la victoria”.
Desde el inicio del tratamiento, Rafael se ha sometido a revisiones periódicas para evaluar la evolución de la enfermedad e indicar el mejor tratamiento. En septiembre de este año, los análisis confirmaron un cambio en el panorama. “Es como si mi hijo tuviera un corazón nuevo”, exclama Mirian. El órgano tiene el tamaño, fracción de eyección y medidas normales para un joven de la edad de Rafael. Como resultado, se suspendió el medicamento. Ahora todo lo que el joven toma es jugo natural y, además, lleva una dieta balanceada. Después de todo, tiene muchos planes para el futuro. “Acaba de tomar un curso de panadero y prioriza mucho la oración y la lectura de la Biblia. Mi hijo quiere aprender más sobre las cosas de Dios”, dice la orgullosa mamá.
Mirian sabe por experiencia lo que atraviesa una mujer cuando su hijo corre peligro. Por eso, aconseja a quienes esperan un milagro: “No desfallezcan, perseveren en las oraciones y alabanzas al Señor. Nunca permitas que las mentiras plantadas por el diablo destruyan tu vida. Después de todo, creemos en un Dios Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra; no hay nada que Él no pueda hacer si creemos y si tenemos valor y audacia en nuestra fe”.