Oración del Patrocinador – 46
Determinación en el plato
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DIOS NO FALLA
Maria da Penha fue sanada de cáncer de mama gracias al fortalecimiento de su fe
Viviane Castanheira
Contar con una red de apoyo puede traer grandes beneficios, principalmente cuando nos enfrentamos a una enfermedad. La jubilada Maria da Penha Rodrigues Rocha, de 71 años, experimentó esa dádiva cuando recibió el diagnóstico de un cáncer de mama en 2015. El descubrimiento le produjo miedo, sufrimiento e inseguridad con relación al porvenir. “Fue un golpe muy duro para mí y para mi familia, pero no perdimos la fe.”
Miembro de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios (IIGD) en Barcelona, de la región metropolitana de Espírito Santo, Maria también recibió el apoyo efectivo y espiritual de los miembros de la congregación. “Es muy bueno contar con esta segunda familia, la de la fe.” Maria fue sometida a una cirugía para retirar el tumor y, a continuación, inició las sesiones de quimioterapia. Sin perder las esperanzas de ser sanada, continuó presentando sus causas frente al altar del Señor.
Luego de cinco años de acompañamiento médico, la jubilada recibió la noticia que más esperaba: “Por la Gracia del Señor, recibí el alta. Estoy liberada del cáncer”, se alegra. “Si no fuese porque Dios está en el control, yo no estaría aquí. La Iglesia de la Gracia me ayudó mucho en oración. Solo dejaré esta congregación cuando el Señor Jesús me lleve”, agrega Maria, que es miembro de la IIGD en Barcelona hace diez años.