La fase más aguda de la pandemia del nuevo coronavirus ya fue vencida, pero el covid-19 continúa infectando a muchas personas. Aunque la vacunación haya reducido la gravedad de los casos, la enfermedad aún asusta. Por eso, cuando supo que había contraído covid-19, Lorena, que vive en Houston (EE. UU.), se preocupó: “Hace poco, fui afectada por el coronavirus, y los síntomas me perjudicaron mucho”, cuenta. “Pero, yo me acordé de que mi mamá siempre veía los programas del Dr. Soares y hablaba del poder de la oración.” Movida por la fe, Lorena buscó la página virtual del Dr. Soares y pidió oraciones. “Dios me sanó por completo”, se alegra. Desde entonces, empezó a seguir los cultos con asiduidad. “Me siento una nueva persona en Cristo.”
ARGENTINA
“Trac-trac-trac”
“La columna me hizo trac-trac-trac”, describe la jubilada Bartolina, con alegría. Congrega en la Iglesia de la Gracia en Buenos Aires, Argentina, y fue en una de esas reuniones de fe que recibió la sanidad. “Ya hacía bastante tiempo que sufría de la columna y de una hernia de disco”, describe. “Estaba sentada y, durante la oración del pastor, sentí unos crujidos en la espalda.” Bartolina se levantó y percibió que los dolores que tanto la atormentaron habían desaparecido. “¡Aleluya!”, agrega, para glorificar al Señor por la gracia alcanzada.
ARMENIA
Evangelio sin barreras
Armenia es una pequeña nación situada en los límites de Europa y posee una larga y rica historia, que remonta hasta la Antigüedad. A lo largo de los siglos, su pueblo enfrentó guerras, invasiones y masacres. Hoy, sin embargo, el verdadero Evangelio ha sido sembrado entre los armenios, llevando la luz de Cristo a esa parte del mundo. La capital del país, Ereván, ya tiene un templo de la Iglesia de la Gracia, y es desde allí que Tatevik Udumyan relata las acciones del Señor en su vida. “Cuando anhelamos conocer la Palabra de Dios, no existen barreras”, afirma. Es por medio de la página del Dr. Soares en ruso que ella tuvo acceso al plan de la salvación. “Cuando descubrí sobre la justicia de Dios, reconocí mis pecados, me arrepentí y acepté a Cristo como Salvador”, relata. Tatevik cuenta que ha sido edificada espiritualmente y hace un pedido: “¡Continúen con este trabajo, pues los resultados están floreciendo!”
RUSIA
Una vida con propósito
La rusa Valya Dolyan define un hito que dividió en dos su vida: antes y después de Jesús. “Durante mucho tiempo, lamentablemente, yo creí que había que aprovechar la vida de cualquier manera”, relata. Sin embargo, más tarde, se dio cuenta de que lo único que había hecho era desperdiciar tiempo, dinero y salud. “Hasta que oí hablar del Dr. Soares y empecé a buscar sus contenidos en Internet.” Valya encontró, sin más, páginas en ruso, donde se transmite el Evangelio con gracia y verdad. Entonces, ocurrió su transformación. “Fui tocada por Espíritu Santo, por medio de los mensajes. Me convertí y acepté a Jesús como Salvador.” Valya afirma que, ahora, su vida tiene propósito: “vivir con Cristo y representarlo dondequiera que yo esté. ¡Qué alegría formar parte de esta familia espiritual!”
ASIA
Frutos bendecidos
El 1º de abril del año pasado quedó grabado en la historia del evangelismo mundial. Desde esa fecha, la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios empezó a transmitir el Show de la Fe a todo el mundo árabe en el prime time. Debidamente traducidos al idioma que es hablado por decenas de naciones islámicas, los contenidos se han diseminado a pesar del contexto de represión hacia la fe cristiana en esa parte del mundo. Una de las personas alcanzadas por este precioso ministerio es Lina (nombre ficticio), cuya exacta localización no puede ser revelada por motivos de seguridad. Sin embargo, puede prestar testimonio de lo que Jesús ha hecho en su vida: “Quiero agradecer a Dios por los cultos de la Iglesia de la Gracia”, dice Lina, que, además, cuenta ser muy bendecida por los mensajes y oraciones a las que tiene acceso. “Que el Señor bendiga las semillas que ustedes plantan, para que den muchos frutos.”
INDIA
Sanidad instantánea
Con cerca de 1500 millones de habitantes, India es un caldero de culturas, etnias y creencias. Entre las muchas religiones practicadas en este gran país asiático, el cristianismo es minoritario. Sin embargo, ha crecido gracias a iniciativas evangelísticas como la de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios, que transmite el programa Show de la Fe en diversos idiomas. Es allí que Gauri Kumar ha conocido el Evangelio que salva, libera y sana. “Durante la transmisión de uno de los cultos, con traducción simultánea, yo sentía un fuerte dolor en el cuello”, recuerda. Unió su fe a la del Dr. Soares y de su equipo, y entonces recibió un toque del Señor. “Mi cuello fue sanado en ese mismo momento. ¡El dolor pasó! Estoy muy feliz.”
PAKISTÁN
Empleo nuevo
El esposo de Shabnam Gill estaba desempleado hacía tres años, situación que traía grandes problemas a su familia. “Mis parientes tenían que ayudarnos en los gastos básicos”, recuerda. Aunque buscaba trabajo insistentemente, él no conseguía una oportunidad. Pakistán, país donde viven, enfrenta una gran crisis económica, y la inestabilidad política ha provocado la pérdida de muchos puestos de trabajo. Por eso, cuando supo, a través de una amiga, sobre un programa donde relataban muchos testimonios de bendiciones espirituales, decidió enviar un pedido de oración en nombre del esposo. “Una semana después, mi esposo recibió una propuesta de empleo en una multinacional”, cuenta exultante Shabnam.
Argelia
Nuevo cántico
En muchas partes del mundo, seguir a Cristo tiene un alto precio. Es el caso de la Argelia, nación árabe del Norte de África. Es de allí que Sara tuvo de emigrar hacia un país de Europa, pues era perseguida por la propia familia. Hace algunos años, la pérdida de su bebé durante el parto la llevó a la depresión. “Mi vida se volvió sombría. Pensé en suicidarme varias veces”, admite. Sin embargo, la fe cristiana, impartida por misioneros, le devolvió el sentido a su existencia. Pero la familia, de fuerte tradición islámica, no aceptó su conversión: “Me expulsaron de casa y me amenazaron de muerte”. Sara cuenta que la presión aumentó cuando sus parientes se enteraron de que ella frecuentaba una iglesia. Entonces, decidió dejar su tierra, en busca de conforto y seguridad. “El Señor me dio otra hija. Hoy, sigo a Jesús con libertad. Puedo orar, ir a su casa y leer su Palabra. ¡Él me dio un nuevo cántico de alabanza!”