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Oración del Patrocinador – 29
“ERA SOLO UNA COMA, NO UN PUNTO FINAL”
La funcionaria pública Isabel Cristina se burló del covid-19, pero acabó siendo sanada con el poder de la oración
O’hara Santos
En menos de un año, cuatro personas de la misma familia fueron infectadas por el nuevo coronavirus. “Pensé que era una invención. Y todavía decía: Este asunto de la máscara es todo una mentira”, dice la funcionaria pública Isabel Cristina Noronha, de 54 años.
Además de ella, su hijo, nuera y hermano se enfermaron. El municipio donde vive experimentó un rápido aumento de la contaminación en marzo de 2020, con 213 infectados, pasando del puesto 11 al 17 entre las ciudades con más casos en el estado, un aumento del 169%, según el Departamento de Salud del Estado.
Isabel comenzó a notar los primeros síntomas el año pasado y, a pesar de sus dudas, buscó ayuda en el Hospital. “Tenía fiebre, dolor en el cuerpo, pérdida del gusto y estaba debilitada”, afirma. Ella agrega: “Me hicieron la prueba y confirmaron el covid-19, pero me dieron de alta para hacer el tratamiento en casa”, explica.
Días después, se constató que los familiares de Isabel también estaban infectados: su hijo, Wanderson Noronha de Mesquita, de 28 años; su nuera, Paula Mesquita, también de 28; y su hermano, Luiz Fernando de Noronha, de 53.
Wanderson perdió el sentido del olfato, del gusto y parte de su pulmón se vio comprometido. A Paula le faltaba el aire y tosía constantemente, y Luiz Fernando perdió el sentido del olfato y el gusto. “Todos fueron atendidos en el mismo lugar donde me atendieron y, posteriormente, me dieron de alta para que se cuidaran en casa”, dice Isabel.
Temerosa y muy tensa, buscó el apoyo del programa S.O.S de la Fe y comenzó a orar con los predicadores. “Combiné la Medicina con la fe y, todos los días, bebía el agua consagrada. También solía darle el líquido a mi hijo y nuera”, señala, quien también usó su fe en favor de la salud de su hermano. “Bebía el líquido bendecido con los pensamientos centrados en él”.
Isabel creía en su sanidad y la de su familia. “Fueron días difíciles, sin embargo confié en Dios y Él nos liberó de aquel mal”, dice emocionada, dando sus impresiones finales sobre el susto: “Tuve que pasar por esto para creer. Pensé que sería el final, pero no fue así. Fue solo una coma, no un punto final”, celebra.