El poder del perdón
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“MI DIOS ME LIBRÓ DE LA MUERTE”
Pr. Leandro Borges estuvo internado, durante 16 días, por complicaciones de la covid-19, pero fue sanado por Jesús
Viviane Castanheira
El año 2021 comenzó con un susto para Leandro Borges de Oliveira y su esposa Kátia Maria Damasceno Borges de Oliveira, de 41 años. En enero, a la pareja le diagnosticaron covid-19 y vivieron momentos difíciles. La mayor preocupación de la familia era Kátia, que estaba embarazada de la segunda hija. Por aquel entonces, los especialistas sabían poco sobre las posibles consecuencias para la salud de la gestante y del bebé, lo que los dejó bastante preocupados. “Gracias a la misericordia de Dios, mi esposa tuvo síntomas ligeros, y los exámenes constataron que ella y el bebé se repondrían rápido”, relata Leandro, que no tuvo la misma suerte.
Después de una semana de aislamiento, Leandro presentó complicaciones. “Tenía un cansancio excesivo y mucha tos. Los primeros exámenes mostraron que tenía el 50% de mis pulmones comprometidos, pero que podía continuar tratando la infección en casa”, contó. A pesar de la buena noticia inicial, el resultado de la gasometría arterial —examen que indica cómo está el funcionamiento del pulmón— les cayó como un “balde de agua fría”. “Los límites estaban debajo de lo esperado, y tuvieron que hospitalizarme. Allí, constaron que yo tenía la forma grave de la enfermedad. Si no fuese por el Espíritu Santo, no sé qué habría sido de mí”, agrega.
Durante el período de internación, Leandro vivió momentos de lucha e incertidumbres que parecían interminables. “Recuerdo que los primeros días fueron los peores. Sentía mucho dolor, tenía fiebre y necesitaba del auxilio del oxígeno para poder respirar”, resalta él, que es pastor de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios (IIGD) en el barrio de Guanandi, de la ciudad de Campo Grande (Brasil).
En las horas más difíciles, el pastor encontró consuelo y esperanza en los programas de TV de los pastores de la IIGD y del Dr. Soares. “Los programas me sostuvieron. Gracias a poder verlos mantuve mi fe firme y conservé la calma en los momentos más críticos”, revela Leandro, que también recibió apoyo espiritual, por medio de mensajes a su celular, de parte de su líder, el Pr. Maiquel Marques, de la sede de la IIGD en Campo Grande, capital de Mato Grosso del Sur, Brasil.
Guiado por la fe, Leandro empezó a reaccionar al tratamiento, dejando a todos admirados en el hospital. “En la fisioterapia, recorría el pasillo como si no estuviese enfermo”, conmemora él, que, después de 16 días de internación, recibió la tan esperada alta. “¡Todos los exámenes estaban normales! ¡Entonces, me liberaron para que volviera a mi casa! Al fin podía volver a abrazar a mi hija y mi esposa”, se alegra el pastor. Leandro es padre de Ana Clara Borges de Oliveira, de diez años, y de la pequeña Larissa Vitória Borges de Oliveira, que está a punto de cumplir dos. “Me dieron el alta un jueves y, el viernes, ya estaba en la Iglesia adorando y exaltando a mi Dios, que me liberó de la muerte”, relata el pastor, al lado de su familia.