“Dios nos honra”
A la espera de un milagro
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EL SUMERGIR DE LA VICTORIA
José Maurício se liberó del covid-19 cuando recibió una palabra del Señor
Viviane Castanheira
El pastor José Maurício Santos Guerrero, de 57 años, de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios en Vila Nova, Joinville (SC), llevó un susto en abril de 2021. Fue infectado por el nuevo coronavirus y estuvo en estado grave durante diez días. Sin embargo, la fe y las oraciones de hermanos, amigos y familiares conmovieron la mano de Dios, y José Maurício se recuperó de manera milagrosa.
A fines de marzo, la esposa del pastor, Dulcemar da Silva Melo Guerrero, de 51 años, fue afectada por el covid-19, pero no necesitó ser hospitalizada. José Maurício, al mismo tiempo, dio negativo para la enfermedad. Pese a ello, el médico de turno le dio a José Maurício medicación preventiva, que no tuvo el efecto esperado. En abril, el pastor comenzó a sentirse enfermo, tenía fiebre y fuertes dolores en el cuerpo. “Estaba orando, y Dios me dio el texto de Proverbios 24:10: Si flaqueas en día de adversidad, tu fuerza quedará reducida. Como resultado, seguí clamando, pero me dormí y desperté peor”, dice. Preocupada, Dulcemar midió la oxigenación de José, que en ese momento era del 69%, y lo llevaron a urgencias.
En el hospital se constató que el 70% del pulmón de José estaba afectado por la enfermedad y tal unidad de salud no pudo atenderlo. “Debilitado, me pusieron oxígeno, ya que necesitaban estabilizarme antes del traslado”, dice el pastor, quien al día siguiente fue trasladado a la sala de emergencias de Jaraguá do Sul, municipio a 50km de Joinville. “La situación era crítica y no sabían si regresaría a mi casa”.
Sanada del Covid, Dulcemar pudo acompañar a su esposo, ya que no podía comer, caminar ni moverse. En el ambiente hospitalario, la esposa comenzó a rezar, ministrando la bendición sobre José Maurício. “El Señor tenía el control de la situación. Gracias a Dios, muchos pastores, hermanos en Cristo y familiares oraron por mi esposo. Mientras oraba por él, la historia de Naamán vino a mi corazón. Determinaba el funcionamiento de su pulmón”, explica, refiriéndose a 2 Reyes 5. En esta narración, el capitán del ejército sirio era un leproso y el profeta Eliseo le indicó que se sumergiera siete veces en el río Jordán para poder ser sanado.
La confirmación divina alimentó la confianza de Dulcemar: “Un pastor nos llamó, pidiéndonos que rezáramos juntos, y habló del mismo texto bíblico. Glorifiqué al Señor, creyendo en el milagro”, enfatiza.
Alegría por la mañana
Tan pronto como llegó la mañana, José le dijo a su esposa que Dios le había dicho que a partir de ese momento, cada día sería como un “zambullo” para su recuperación, tal como lo había sido con Naamán. “Estuve hospitalizada durante 72 horas y Dios comenzó a cambiar mi camino. Hice un propósito con el Señor de sumergirme en la fe. Y todos los días llegaba el equipo médico con buenas noticias. Incluso se descartó la sospecha de trombosis en mi pulmón”, celebra José Maurício.
El último día del “zambullo”, siete después de la palabra recibida por la pareja, el pastor fue dado de alta. “Mi pulmón se recuperó y la infección disminuyó mucho. Al principio fue difícil, pero Dios me dio paz. El Señor me dio la victoria”, concluye el líder.